La brisa marina golpeaba delicadamente en la costa japonesa. Una niebla densa se aglopaba sobre las tranquilas aguas y los habitantes estaban abrigados en sus casas. Quién diría que la paz podía ser destrozada en tan solo un segundo? La explosión de los fieros cañones sobresaltó a algunos y despertó la curiosidad de otros que inmediatamente salieron de sus casas a curiosear mientras que los más recatados solo observaban por las ventanas.
De entre la niebla, como salidos de una ilusión, apareció una flota de barcos. Con sus velas desplegadas y la bandera, mostrando sus seis estrellas y su rojo carmesí, flameaba orgullosamente.
- Chuugoku-san? - Cuestionó dubitativa una joven al reconocer la bandera. Los hombres suspiraron aliviados, después de todo, la nación China no era su enemiga... pero entonces, por qué sus cañones se veían amenazantes y listos para atacar?
Efectivamente, al atracar los barcos en la costa, del más grande y ornamentado decendió en grupo de hombres armados escoltando al representante máximo de la nación. El mismísimo país Chino, Yao Wang.
Caminó en tierra firme, con mirada decidida y bandera en mano. Al estar en un lugar donde todos los nippones pudieran verle, bajo su atentísima mirada, clavó la bandera en la tierra aclamando (por segunda vez en la historia) el territorio como suyo. Ante este gesto se pudieron oír algunas exclamaciones sorprendidas que trataban de ser acalladas. En un instante uno de los marineros mandó a todos a callar.
- Hace mucho tiempo - comenzó a relatar Yao con voz decidida. Nadie se atrevía a romper el silencio - descubrí estas tierras y a sus pobladores. Los crié bajo mi yugo y luego se fueron sin antes dejar marca en China. En mi aru.... Es por eso que vengo a reclamar lo que por derecho me pertenece. He venido por la nación Japonesa, POR KIKU HONDA! - Todos exclamaron sorprendidos - Y es por eso, recordando que alguna vez fuimos hermanos, que he decidido hacerlo de la forma más pacífica posible... - se dió media vuelta dirigiendose a su barco. Sus escoltas le hicieron guardia en todo momento. - Quiero que traigan aquí a Kiku Honda, tengo algunas cosas que discutir con el aru... - sonrió y nuevamente se dirigió a los presentes - Pero que les quede claro... trato de que esto sea lo más pacífico posible aru... Si se niegan... - hizo una señal y uno de los cañones fue disparado - No querrán saber que pasará aru... - con esto se adentró en su barco.
Se encaminó directamente hacia su cuarto de capitán mientras que sus marineros velaban por la seguridad de los barcos. Una vez estuvo solo suspiró dejandose caer en el sillón confortable para luego decir con voz baja.
- ... Espero que Mei llegue pronto aru... si no... esto acabará mal aru...
((WAJAJAJA!!!! INSPIRACIÓN MODE ON!!!))