¿Me recuerdas?

El Sigapurense salió de viaje hacia el Reino Unido, despues e un tormentoso viaje en barco, porfín había llegado, entre gente apestosa, casi de circo, infames, rufianes, y otro tipo de alimañas. Entre la gente solo se reconocía por sus ropas extravagantes, de resto, era otra persona más, claramente extranjera por sus facciones. Probablemente el Inglés ni le recordaba, así que encontrarlo sin ser detectado iba a ser un trabajo bastante facil. Se abrió camino entre la gente, quienes gritaban, lanzando verduras y frutas como en una espectacular función de circo, o así, se sentía el otro

No tenía mucho tiempo, pero para un vez que podía hacer algo con libertad... aprovechó para escapar de casa y de sus obligaciones.

A pesar de todo algo lo llevó al puerto. Adoraba los muelles, el agua chocando contra las maderas, el olor marino... la vida marítima era de lo mejorcito. Inspiró fuerte y se quedó mirando el cielo, justo cuando pasaba una gaviota luchando contra el fuerte viento que hacía.

Luego decidió sentarse un rato (ya que llevaba largo rato caminando) para quedarse a observar las cosas en silencio. Al fin algo de tranquilidad.

Encontró con la mirada al inglés, y apuró el paso, al llegar a su espalda, se detuvo y con una voz clara y fuerte agregó

- Vaya, vaya ha pasado mucho tiempo - con una sonrisa en sus labios, esperaba que el otro le reconociera esta vez, aunque sea por su timbre de voz o su forma de actuar.

Se colocó brazos cruzados mirándole fijamente casi de forma analítica.

De repente escuchó una voz a sus espaldas. Le sonaba muchísimo, pero si era de quien creía sonaba mucho más adulta y clara que antes. Aún así, decidió que no se pondría a jugar a adivinar quién podría ser, y se giró para ver a la persona que estaba de pie justo detrás.

-¿Singapur? -preguntó. El tono sonó más sorprendido de lo que pretendía, pero realmente no se esperaba que el otro estuviera por su casa. -¿Cómo que estás por aquí?

Con esto último se levantó, acercándose un poco al otro para saludarlo como tocaba. Le ofreció la mano para estrecharla.

-No esperaba que pasaras por casa.