Partiendo a la batalla

Después de abandonar me dirigí a mi casa,
me pusé la misma ropa, pero con una capa mas corta y me puse una leve armadura por debajo. Tomé
mi espada y la colgé en mi hombro.
Me dirigí a una pequeña embarcación que me llevaría al barco principal.
-Singapur llegara pronto- dije con seriedad aun subordinado -Así que diganle cuando llegue que lleve su embarcanción
justo adonde estoy, la embarcación esta barada así que solo necesitamos que él llegue para partir-
El subordinado acentó la cabeza y se quedo en el puerto a la llegada del país.
Sin mas que decír subí a la embarcación dirigiendome a los naviós.
Confiando de que Singapur llegaría pronto.
Solo faltaba avisarle a México.

Llegó poco después, con su típico traje rebuscando y con una mirada resuelta, sus subordinados parecían tan atentos como el, y al llegar al lado de Sacro solo le tendió un leve saludo con una sonrisa amplia