Visitando a Noruega (ADVERTENCIA: +18)

¿Acaso su vida entera se resumía a estar en la cama? No era necesario pensarlo demasiado, sus solos comentarios bastaban para responderse solo.

- No - Mintió en cierto modo, tampoco es que la haya pasado exactamente mal pero ese no era el tema en el momento... o quizás si pero no quería mencionarlo.

-Vamos. Nor~... Sólo una vez... y si la pasas mal, ya no te molestaré ¿Sí, Nor? Prometo ser un buen amante... mejor que la última vez si es necesario... Nor~.... *trata de acercarse más* Jejeje... Vamos... ¿Hace cuanto que no estas con alguien, sin contarme?

Neegó nuevamente, no permitiría semejante cosa, no de nuevo.

- No es de tu importancia - Y de hecho no lo era, despues de todo la vida privada de las naciones tal como dice el adjetivo es "privada"

-Jejeje Ouuu parece que alguien no lo ha hecho en muuucho tiempo ¿Te da vergüenza? Oh... no... ya sé que es lo que pasa... Eras virgen ¿Cierto? *se acerca y le susurra al oído* ¿Acaso fui tu primera vez...? *Le lame la oreja* Eso me gusta...

Movió su cuello hacia el lado contrario de la oreja que le había sido lamida, realmente no le interesaba responderle después de todo poco le importaba si era virgen o algo.
Entonces decidio intentar psicología(?)
- ¿Intentas convencerte de que lo fuiste? - Sonó algo cruel quizas - No lo fuiste, fué Sueco. Es todo.

Cando ladea la cabeza, ve su oportunidad perfecta para besar esa parte del cuello que dejó al descubierto... pero entonces el comentario lo descoloca totalmente. "Fué Sueco" y esas simples palabras parecen mover demasiadas cosas por dentro, hasta el punto de cortarle el aliento por unos segundos:

-¿S... Suecia? *le toma de las muñecas, como no queriendo soltarlo y acomoda sobre él de una forma más posesiva, con ambas rodillas a cada lado, firme en su lugar como quien quiera reclamar su territorio.* ¿ Por qué Suecia...? *Tal vez sólo dijo que estuvo con un sueco... de todas firmas ¿No da igual?* ¿Qué tiene él que no tenga yo?

No estaba en posición de quejarse, bueno en posición de nada realmente si lo analizaba con detenimiento. Movió las muñecas sin poder liberarse y para su mendiga desgracia no podía moverse hacía ningún sector, observó de reojo buscando posibilidades para uir y nada. Tragó saliva y mantuvo su mirada pétrea y poco cálida dejando claro que por muy mal que se encontrará no cedería, pero aún así tragó saliva disimuladamente, eran pocas cosas que podía decir lo ponían algo nervioso y ésta era sin duda una de ellas.

Y se mantuvo así un momento, la pregunta de "¿Qué tiene él que no tenga yo?" era más que absurda según el noruego y al cabo de unos segundos respondió.

- No mereces compararte con él - Ni siquiera sonó desafiante, ¿solo decía la verdad no es así?

Aprieta las manos sobre mas muñecas del noruego:

-¿Y quién eres tu para decidir eso...? Ni siquiera puedes decirme en que es mejor o que lo hace superior... Él es el menor. Y yo tu Rey... *comienza a besarle el cuello* Me debes más que a él... ¿Por qué decidiste darle tu primera vez, en vez de a mi? *entre besos* De seguro ni siquiera fué bueno... pero no es así conmigo... soy más cálido y mi cariño hacia tí es sincero.

Se estremeció un poco con cada beso y un extraño calor le recorrió todos los rincones de su cuerpo, ante esto se encogió el cuello con un ojo cerrado por la incomodidad, todo para que el otro no tuviese la posibilidad de besarlo, si bien no podía escapar por último evitaría que lo tocase más de lo debido. Mordió su labio en lo que tragaba saliva nuevamente e inútilmente intentaba safar sus muñecas otra vez sin resultado.

- No siento cariño hacia ti - Suprimió los comentarios con respecto al Sueco, de todas formas no había especificado nada, sin embargo, tampoco se negaba a posibilidad de que haya sido Berwald aunque en ese momento ese tipo de pensamientos no tenían mucha importancia.

Cuando trata de negarle el cuello, le responde con una mordida, dejandole una marca:

-Eres mio, Nor... No pudiste haberte entregado al Sueco y no a mi... ¿ Por qué? *trata de seguir besándolo y da una larga lamida por el cuello, para luego seguir* Vamos... dime la verdad... ¿ Fui tu primera vez...? No pudo haber sido Suecia... él... él es Suecia... y yo Dinamarca... ¡Él ama a Finlandia! *da unos besos, tratando de ser más apasionado y tentarlo* Vamos, Nor.. Corresponderme.

La mordida le dolió un poco y aunque no podía ver esa zona afectada sabía perfectamente que ahí quedaría una marca la cual tendría que eliminar en cuanto saliese de esa terrible situación. Pasaron no más allá de tres segundos y negó a las palabras del danés dándole a entender de que el no había sido su primera vez.

- Precisamente, él es Suecia- Pensó que con eso le bastaría al contrario para darse cuenta por la notable preferencia que le tenía al sueco y en cuanto al comentario sobre Finlandia no dijo nada, si bien ahora Tino estaba con él hubo un periodo en que también fue considerado una "esposa" y las relaciones con el Sueco se habían mantenido siempre cordiales.

Su piel se erizó un poco cuando la intensidad de los besos cambiaba obligándole a apretar sus puños de manera inconciente y girar un poco el rostro, si bien su cuerpo reaccionaba de a poco aún no era suficiente como para que el su instinto le ganase a su conciente.

Las palabras del noruego lo llenan de odio hacia Suecia... pero también lo dañan...

-No me mientas... *como buen negador, aún insiste en para otra posible respuesta* No me engañes... *sigue besandole el cuello y le suelta una de las muñecas, aun teniéndolo apresado por la otra. Le va desabrochando la ropa, recorriéndole la piel descubierta con besos y caricias. Descubre el pecho y va directo al pezón, lamiendo y mordiendo, tratando de encender a su compañero...* Dime que me quieres...

Apenas sintió su muñeca liberada la movió un poco, la sensación de poder mover la articulación aunque sea solo a una de ellas lo calmó un poco y acto seguido la puso en el suelo como si fuese a afirmarse con su mano. Torció sus labios y bajó la mirada con los ojos bien cerrados y el rostro sonrojado por la situación, sentía una mezcla de sensaciones, entre ellas enojo y un mínimo de vergüenza, sin embargo, no podía negar que no se sentía precisamente mal pero el hecho de ser Dinamarca quien lo estaba tocando no le permitía disfrutar como usualmente ocurre en esas situaciones.

- Mh... n-no - No sonó creíble en lo absoluto pero al menos lo intentó.

Sonríe:

-¿Por qué insistes en mentirme...? Dime que me quieres... Dímelo... *baja la mano hasta la entrepierna del noruego, acariciando* Di que eres mio... di que yo fui el primero... ¡ Dímelo! *lame a lo largo del cuello* Dime la verdad.... Hazlo... *sigue besando, regresando al cuello donde lame los pezones, mientras le abre el pantalón, metiendo mano y tocando sin descaro* Di que eres mio, que me deseas, que me quieres... Di que soy mejor que Suecia.

No pudo ver la sonrisa que se había formado en el rostro de Dinamarca ya que tenía los ojos bien cerrados, sin embargo, el tono autosuficiente del danés cuestionándolo y técnicamente obligándole a decir que era mejor del Sueco para poder así alimentar su ego le dio un escalofríos que le recorrió la espina completamente.

Todo se veía relativamente bien (con bien se refiere a que aún podía intentar escapar) hasta que sintió el primer contacto en su entrepierna que le provocó que se retorciese un poco y relajara sus ojos, al parecer ya con eso la posibilidad de huir disminuía considerablemente, aunque claro, no perdía nada intentándolo más adelante. Estiró el cuello casi por reflejo cuando le lamieron su pezón de nuevo y abrió su boca ligeramente aguardando el aliento un instante pero que sin más escapó de entre sus labios acompañados de un gemido suave cuando la mano de Dinamarca tocó y el pantalón se hallaba ya ausente. En ese instante no tenía demasiado en mente además de molestia y deseos de huir que luchaban con sus reacciones.

Lo siente moverse bajo su cuerpo, pero no va a interpretar ninguna reacciona como negativa. Más al sentir como la entrepierna del noruego reacciona, aunque sólo levemente.

Lo desviste por completo de la parte baja, le deja todo lo demás,. porque adora esa imagen.

-Eres mio... *vuelve a lamer el pezón y esta vez juega con la lengua, mientras masajea el miembro del noruego con insistencia, buscando que reaccione* ¿Verdad? Dímelo... ¿Lo eres...? *da una mordida muy leve en el pezón*

Su organismo comenzó a reaccionar empezando por la parte baja de su cuerpo la cual con cada caricia que Dinamarca le ofrecía parecía despertarse más delatando el mar de sensaciones que en ese momento estaba sintiendo. Su muñeca aprisionada se movió con bastante poca fuerza pues la situación lo debilitaba bastante provocando que comenzase a exhalar por su boca en forma de jadeos de volumen y frecuencia moderada.

No sabía que pensar, realmente no estaba muy centrado en su mente, esa experiencia lo dejaba en una especie de trance traumático o algo semejante en el que su cerebro poco asimilaba de lo que ocurría, eso sí, aún tenía el suficiente concentración para darse cuenta que todo esto acabaría mal para él y bien para el idiota de Dinamarca.

Pasó poco tiempo para que después de que el danés nuevamente jugara con sus pezones estos comenzaran a endurecerse dándole a Noruega una sensación semejante a un vacío que se trasladaba desde su pecho a su vientre y bajar aún más hasta llegar a su masculinidad haciéndolo reaccionar con más rapidez. Levantó entonces su mano desocupada con torpeza y la puso a un costado del danés intentando hacerle cosquillas para ver si con eso lo soltaría o algo, aunque ese contacto era demasiado sutil como para hacer sentir cosquillas al menos trataba.

Si bien ahora todo estaba mal para él había algo rescatable y era el hecho de que jamás diría que era pertenencia de Dinamarca.

-¿ Por qué no hablas...? ¿No puedes...? *se deleita con la agitada respiración del noruego* Jeje... eres tan lindo... *lo besa. Sin dejar se acariciar, le recorre el rostro entre besos y luego le exige corresponder.*

Siente esa suave caricia en su costado. Eso lo llena... Le sonríe casi con dulzura, con tanta dulzura como se puede sonreír en un momento así.

-Nor... *murmura y vuelve a besarlo un poco más suave. Le suelta la otra mano y esta la baja por el pecho, la panza y luego las piernas del noruego, con obvias intenciones de encontrar la entrada* Dime... ¿ Eres mio, verdad?

Se negó a si mismo a responder los besos, no importa lo que ocurriera su labios no se moverían en ninguna dirección y bajo ninguna circunstancia, por lo menos no bajo su voluntad, era realmente una lástima que una experiencia tan especial como un beso debiera desperdiciarla de ese manera o peor, con él.

Cuando su segunda mano se vio por fin liberada una intensa sensación de alivio le inundo por unos instantes, como si hubiese estado encadenado por las muñecas durante mucho tiempo, eso si fue un alivio fugaz ya que a penas se vio liberado Dinamarca comenzó a descender con una idea más que evidente en mente. Posó su mano ahora libre en el otro costado de el, con la idea de empujarlo, ejerció un poco de fuerza más fue inútil ya que apenas el danés tubo un contacto con su pierna sus manos se alejaron de su costado de golpe soltando un sonoro gemido al mismo tiempo que abría sus ojos después de un largo contacto.

Negó ante la pregunta como lo había hecho en ocasiones anteriores, aunque claro, no era creíble cuando se encontraba jadeando con el rostro sonrojado y expresión semi molesta.

El primer dedo lo mete con cierto cuidado, mientras que con su boca comienza a juguetear en el miembro. Entre besos, lamidas y suaves mordidas, trata de distraerlo y hacerle disfrutar de ese momento... también, para que no pueda escapar. El segundo dedo, lo adentra una vez que lo siente reaccionar y atrapa la masculinidad del más joven en su boca, recorriendolo ahora con la lengua y la calidez de su aliento. No es algo que disfrute de hacer, pero si es algo que jamás falla. El tercer dedo llega sin más, tan sólo con unas caricias que le recorren las piernas y buscan separarlas.

-Uhmmm... *con sólo sentirlo reaccionar o escuchar un gemido, se siente el más feliz del Mundo* ¿Me quieres...? *deja el miembro unos momentos, para preguntar y pronto continúa* Ah... Dime ¿Serás mio...? *da una larga lamida, antes de volver a devorarlo.*

Su respiración se volvía cada segundo más agitada que el anterior y no era para menos ya que parecía que Dinamarca quisiese devorarle el “orgullo” que tenía allá abajo. Su espalda se arqueó ante la invasión del primer dedo la cual si bien fue sorpresiva y dolorosa era soportable, cuando llegó el segundo su respiración se detuvo un leve instante regresando segundos después pero cuando llegó el tercero fue simplemente doloroso rozando a lo que llamaría una tortura. Sus ojos lagrimearon ligeramente por el dolor pero nada grave.

No accedería a ser suyo por mucho que le insistiese por lo que negó rotundamente cerrando sus piernas lo más que pudo y con sus manos ejerció fuerza para retirar los dedos de Dinamarca de su entrada.

-Tranquilo... ¿Te esta doliendo...? *retira los dedos y los lame, para humedecer. Así los vuelve a entrar* Sabes que nunca te haría daño... *lo besa* Te quiero... *retoma los besos en el cuello, bajando. Entonces le separa las piernas con el brazo y se hubica entre estas para que no las pueda juntar."

Vuelve a bajar. Regresa a la entrepierna, recorriendola con besos suaves y luego una lamida que sube a lo largo del miembro. Trata de ser delicado, aunque el deseo le impide ir muy despacio.

Prueba la masculinidad del otro con hambre, ansioso por poder continuar más allá, pero tambien saboreando aquella parte. Lo quiere ver y sentir exitado, deseoso.

-¿Serás mio...? Dime...

No respondió el mendigo beso que recibió, simplemente frunció el ceño como pudo mirándole con desprecio y los labios tiesos ya que por mucho que Dinamarca pudiese sacar provecho de su fuerza para hacerlo suyo jamás tendría su aprobación ni mucho menos hacer sus sentimientos recíprocos con Norge.

Su expresión se volvió sombría un instante pues cuando se sintió liberado de los dedos de Dinamarca en su retaguardia estos regresaron húmedos. La sensación de nuevamente sentirse invadido le hizo escapar un quejido coloreándole el rostro de rojo.

Como temía su cuerpo lo había traicionado otra vez, se sentía “duro” vulgarmente hablando, al parecer la insistencia del danés ahí abajo habían surtido efecto desgraciadamente.

En respuesta a su pregunta lo miró mal, evidentemente la respuesta era que terminaría siéndolo pero no porque el deseara hacerlo. Era más que nada como una mirada de desaprobación.

Continuó como estaba un poco más, hasta sentirlo listo y entonces subió, besando al chico... pero se encontró con aquella mirada... Su sonrisa se fue por unos momentos y desvió la mirada... Algo no estaba haciendo bien...

-Si no quieres que siga... sólo dímelo... No tienes porque mirarme con tanto desprecio... *sonríe nuevamente, pero con algo de tristeza... ¿Quién puede sentirse bien si lo miran de esa manera* No voy a obligarte a hacer algo que no quieras... *lo abrazó, ocultando el rostro en la curva del cuello del más chico.* Yo si quiero... Realmente lo quiero...

Apoyó un poco la espalda en la pared regulando su respiración esperando también que la molestia pasase, si bien ésta no se fue completamente algo se aligeró y si bien detestaba a Dinamarca como a nadie no pudo evitar admitir que si su cuerpo estaba reaccionando pues era por algo, quizás no lo detestaba tanto como quería o simplemente no había hecho nada en ya demasiado tiempo. Cerró con fuerza sus parpados reprimiéndose a si mismo por lo que pensaba y la decisión que había tomado, movió un poco su cuello para tener el oído de Dinamarca cerca de sus labios y poder susurrarle.

- No te hagas ilusiones – Susurró eso, el danés se caracterizaba por interpretar todo a su manera y más que nada Noruega no quería que pensará algo por lo que haría.

Murmuró algo para el mismo y mordió el lóbulo de su oreja del danés mientras acercaba un poco más sus caderas a el cuerpo del mayor, en cierto modo quería pero a la vez no quería que entendiera la indirecta.