¿Revancha?

¿Cuanto tiempo pasó? No importa, Dinamarca ha intentado contar días y horas algunas veces y se hizo un lío grande en su cabeza... Los meses eran lo suyo, pero como no cuenta en días... termina perdiendo la noción de los meses... De todas formas, no importa canto haya pasado, la cabeza aún le dolía luego del combate* con América. Y eso significa que tiene cosas que hablar con él.

Esta vez no se presenta con sus hombres ni armado, más allá de su hacha que siempre lleva.

La casa de América queda muy lejos y es algo complicada para llegar por mar. Anotará eso en la lista de cosas a reclamare. Pero... eso si llega, porque hace unos ¿Días? que esta caminando y se ha perdido...

-¡¿América?! *no se le ocurre más que llamarlo... tal vez así de con alguien*

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*El combate fué la mejor excusa que se me ocurrió para venir a visitarte como lo prometí u//u

Aaaah este era uno de esos días en los que amaba salir de su hogar, lejos de todo trabajo y papeleo que lo tenía atareado ¡él era una nación! Se supone que los demás tendrían que encargarse de cuidar de él y satisfacerlo, no quedarse viéndolo mientras traían más papeles de cosas que a él NO le interesaban ni tampoco entendía el porque tenía que estar firmándolas.

Sea lo que sea, ese no era su problema, ya que se las ingenió para no tener que hacer nada de su trabajo pero aún así asegurándose de que no iba a tener alguno (en otras palabras: apostó con sus hombres su libertad por el resto del día mientras ellos le hacían su trabajo por medio de… el típico juego de “quien escupía más lejos” jah, ingenuos, ¡La madre naturaleza siempre estaba de su lado!) Así que se encontraba en medio de sus calles, vestido como un transitante común y corriente para evitarse los típicos “paparazzis” que no hacían más que ver lo que hacía para luego comunicárselo a su jefe. Y su disfraz era bastante convincente ¡Ni siquiera sus piratas lo reconocían! Su día no podía salir mal ni de por casualidad…

… o eso era lo que creía, su sentido heroico se puso alerta en el momento en el que escuchó a uno de sus habitantes gritar y él, como la buena nación que es y con lo mucho que quiere a su gente, dejo todo lo que estaba haciendo para ir corriendo hacia el lugar.

La imagen que vio cuando llegó lo impresionó y lo confundió a la vez, Su gente estaba aterrorizada alrededor de un loco con un hacha que no hacía otra cosa que gritar su nombre. Ladeó la cabeza y se le acerco.

-Who the hell are you?! –le gritó a medida que se acercaba al danés- No tengo idea de que haces aquí, pero no puedes venir y asustar a mi gente así como así –colocó sus manos detrás de su espalda a la vez que fruncía el ceño y lo escrutaba con la mirada- … really ¿Te conozco siquiera? -francamente, su cara no le sonaba ni por haberlo visto en alguna foto.
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(( awww, ¡no lo había dicho en serio! Pero mejor, eres todo un gentleman~(?) ))

Se gira cuando alguien por fin habla en vez de gritar ¿¡Acaso era una costumbre allí!? Encuentra a un hombrecito que le dice palabras extrañas en un idioma igual de extraño...

-¿¡Qué?! *lo mira desde arriba* Yo soy Dinamarca, el Rey de los Nórdicos... y estoy buscando a América... *lo mira fijamente* ¿Puede ser que lo conozcas? Tengo unos asuntos que arreglar con él... y... además de eso estoy algo perdido... ¡Odio venir a lugares que no conozco y más solo! Deje a mis hombres en casa... ¿ Podrías escoltarme?

Encara una ceja y se queda mirándolo fijamente ¿En qué demonios hablaba? ¡No le entendía nada! ¿Acaso era un lenguaje del diablo? ¿Acaso estaba poseído? Esas dos opciones sonaban bastante convincentes… pero de algo estaba seguro y era que no era de su país. No recordaba a nadie de su porte y con un hacha en mano, y si lo hubiera visto por sus alrededores aunque sea de reojo estaba completamente seguro de que LO RECORDARÍA.

Miró a su alrededor, observando a su gente que aún admiraba al gran invasor con una mezcla de admiración y miedo. Suspiró. well, era una nación después de todo, no iba a quedarse en el anonimato todo el tiempo. Carraspeó y preparó mentalmente su lengua para hablar en el idioma que toda nación entendía, era la única solución que se le ocurría para poder comunicarse con el otro, y si resultaba que no era una nación… se quedaba sin ideas.

-Ok, ahora sí, supongo… ¿Quién demonios eres? ¿Qué haces aquí? ¡Estás asustando a mi gente! ¿No te enseñan modales de donde vienes o qué? –adaptó una postura firme y lo escaneó completamente con la mirada, de arriba a abajo. Nop, no lo recordaba en absoluto- ¡No voy a permitir que espantes a mi gente, mastodonte! –lo señaló con el dedo y lo miraba fijamente, esperando alguna reacción o respuesta.

Dinamarca hecha a reír:

-¿¡Perdón?! Creo que estas algo desactualizado... ¿¡Mastodonte me has dicho?! ¡Los mastodontes se extinguieron hace mucho tiempo! ¿Sabes...? Y además creo que no parezco un elefante gigante... a menos que me hayas conocido en otras circunstancias *guiño* Pero bueno... supongo que menos no puedo esperar de... quien quiera que seas. Estoy buscando a América... y él y yo luchamos hace no mucho... Pero en realidad vengo en señal de paz y a proponer algo * sonrisa* Así que, pequeño... ¿ Por qué no me guías? *se inclina hacia él y pone una mano en la cabeza del chico* No tengo mucho tiempo, ya quiero volver a mi casa con mi gente.