Sorpresa

Llevaba cierto tiempo sin salir de viaje, así que un día me propuse a visitar algunos de los países de ameríca del sur.
Y nada mejor que empezar con Argentina (?)
LLegamos al puerto, mis hombres empezaron a bajar para estabilizarse despues del viaje, y yo principalmente me adelante sonriente, por aqui debería estar el caprichoso de argentina.

-¡Argentina! ¡Argentina!- gritaba esperando respuesta


_________________________


Sacro tiene ganas de molestar a Argentina 8D

-Ah... Que día tan tranquilo...!- Exclamaba Argentina ante la calma de sus tierras ese día. Dinamarca por fin se había ido, dejandolo en paz con el ser que el más adoraba, El Mismo.
La verdad, el día estaba muy calmado. Demasiado... Estaba comenzando a preocuparse un poco por la serenidad del asunto.

-Estoy aburrido... que se vaya la calma... - susurró mirando el cielo. Y dicho esto, comenzo a sentir movimiento cerca, y hasta escuchaba su nombre. Sus ojos brillaron de emoción. ¡Su deseo había sido concedido! Volvió a mirar al cielo y exclamó.

-Estoy pobre! Que llueva dinero!- Espero alzando las manos al cielo unos minutos... Varios en realidad... Y nada pasaba. Bajó las manos descepcionado y volvió a escuchar su nombre. Se dirigió al lugar de donde provenían los gritos resongando.

-Claro... Pido que se vaya la calma y la calma se va... Pero cuando pido dinero, no me da ni pelota- Levanta el puño como amenazando al cielo por amarrete. Sigue caminando, y se encuentra con una embarcación. Ay... No... Dinamarca otra vez! Pero... Ese no era el barco de Dinamarca... ¿Quién sería?

-¡Argentina!-
seguia gritando pero no encontraba respuesta. Suspiré y seguí caminando esperando
encontrar al país.
Hasta que diviso la figura de Argentina mientras le alzaba el puño al cielo y le maldecía.
Creo que el pobre anda en sus delirios...

-Oye, sabes que hablar solo te tachan de loco de remate!?- le grito desde mi lugar mientras me rió -Ni siquiera nadie te creera que estas hablando con Dios!-

Da un suspiro de alivio al ver de quien se trataba... Aunque no tubiera idea de quien se tratarara... Estaba bastante desinformado sobre los paises del viejo continente, con suerte conocía a España, Inglaterra y Francia... Hacía poco se encontró con el tal Dinamarca ¡Y ahora era su marido! Definitivamente tendría más cuidado con la gente nueva, además, ese tipo parecia conocerlo, o por lo menos sabía su nombre. Eso ya era de sospechar.
Igualmente, aun no tenía motivos para ser grosero con el recién llegado, para nada, no había pais mas hospilario como él. Era Argentina! El pais donde todos son bienvenidos. Levantó la mano en un saludo al chico, riendo.

-Jajaja! Hola simpatico desconocido! - Se acercó más, mientras seguía agitando la manito, una vez frente al joven, extendio la mano, para saludarlo formalmente- Es obvio que no podría hablar con Dios... Sería muy loco hablarle al espejo... Me presento, soy Argentina, pero veo que vos ya me conocés! Cómo te llamás? - Le ofreció una cálida sonrisa al terminar de hablar y esperando la respuesta.

-Soy el gran Sacro Imperio Romano- le respondi el estrechamiento de manos aunque no lo mas seguro es que no haya esuchado de mí antes. -Y vaya que Dios es vanidoso eh?- le sonreí.
-Disculpa mi entusiasmo, hace tiempo que no eh salido de mi casa. Y así que decidí pasar por estos lugares. Y si me se tu nombre fue tambien por que Dinamarca habla de tí... bueno... - agache la mirada -No le hagas caso a ese vikingo, se les ocurre unas cosas... como eso del marido...-

Tosí un poco para poder cambiar de tema.

-Espero que no te moleste que mis hombres se establescan aquí por un tiempo; necesito reestablecer mis unidades para partir en unos cuantos días... claro si no te molesta- miré a mis alrededores y realmente era una bonita ciudad. Por que no hecharle un vistaso?

-Vamos, llevame a recorrer tu país, tengo ganas de dar un paseo-

Sonrió sinceramente al oir el nombre del ya no desconocido pais que tenía en frente. Le agradaban mucho las visitas, y conocer gente. Más cuando la gente venía a conocerlo. Su ego se había inflado (un poco más...) al notar que ese chico desconocido sabía de él de antemano. ¿Verdad que era popular? España lo quería, Inglaterra lo quería. Dinamarca lo tenía como esposo (En una jugada no muy honesta por parte de el danés)...
Rió con ganas ante el posterior comentario del Sacro Imperio.

-Por favor... No soy para nada vanidoso, solo sé cuan grande soy, y no voy a andar con caretas. La humildad es la mascara de los vanidosos, lo sabías? Con esa premisa, podrías sacar la conclusión de que en realidad soy un hombre humilde... -

Le cambió la cara al escuchar el comentario sobre Dinamarca. Así que sabía de él porque Dinamarca le había contado sobre él... De seguro le había contado maravillas! Como no hacerlo, si era conocido por ser un pais con gran "asombrosidad" y por poseer una gran "atractosividad". Pero su semblante había cambiado al recordar con la facilidad que había sido engañado por el danés..." Estuve flojo ahí" Pensó para sus adentros. ¿¡Como un país con la capacidad intelectual de una salchicha podía haberlo engatusado de esa manera!? Dió un largo suspiro esperando que algo lo hiciera cambiar de tema. Y por suerte el mismo Sacro Imperio Romano lo había hecho.

-Pero Sacro! Me ofendés con ese comentario! ¿Cómo me va a molestar que tu gente y vos se queden acá? Eso si... Aún no está terminada todavía... Pero hay muchos lugares donde pueden estar muy cómodos!- Se rió de antemano del chiste que le diría a SIR- Vamos! Te llevaré de la manito como si fuéramos novios! Jajajaja -

Llamó a algunos de sus hombres, dándoles la orden de que llevaran a la gente del Sacro Imperio a un lugar donde puedan establecerse cómodamente. Le hizo un gesto con la cabeza al chico, como diciéndole que lo siga.

-Ah... Mira che, que no tengo mucho para mostrarte... Todavía estamos tratando de obtener a La Patagonia, pero los indios nos dán mucho trabajo... Pero te puedo llevar a recorrer Buenos Aires si gustas...