Una copa de licor (libre)

Abrió las puertas de la Taberna y se dirigió con paso decidido hacia la barra, donde prácticamente se dejó caer. Llevaba todo el día preparando su embarcación para partir, y aún así, la mitad de las cosas no estaban hechas. En ese momento, lo único que necesitaba era beber algo y charlar con alguien para olvidar los dolores de cabeza que traía a causa de tanto ajetreo.
Pidió licor de cereza, y para variar, no disponian en aquella taberna tampoco . ¿Tan raro era de encontrar? Frunció el ceño molesto. En ocasiones, daría lo que fuese por una copa de licor de cereza...Pero tuvo que conformarse con una cerveza. Bueno, al menos tenía algo de bebida. Ahora solo le faltaba alguien con quien pasar un buen rato.

Estaba cansado ya de preparar todo en su nave para zarpar, él no era de tener tantas atenciones con esas cosas y el tener que estar dando órdenes todo el día ya le había aburrido. Por eso dejó a uno de sus tripulantes a cargo de terminar lo que faltaba, mientras él iba a tomar una awesome jarra de cerveza...

Al llegar a la puerta de la Taberna, abrió esta azotándola cosa de anunciar su llegada. Se encaminó hasta la barra, se sentó en un extremo alejado y pidió con un gesto de su mano que le dieran lo de siempre, su amada cerveza. Aunque bien, ninguna era mejor y más awesome que las de Alemania, eso era seguro.

Antes de poder llevarse un trago a la boca, de reojo miró a la poca gente que estaba en ese lugar. Ciertamente pensó que nadie de allí merecía el entablar una conversación con su increíble ser, hasta que sus ojos divisaron a cierto castaño amigo suyo, a quien por cierto no había visto al entrar.

-Kesesese~- Rió para luego cmainar hasta donde estaba el español. -¡España!- Exclamó dándole un palmazo en la espalda.



[España~ . Esta es la primera vez que le hablo a Tonio sin ser Romano orz]

El golpe inesperado del prusiano lo sobresaltó hasta el punto de hacerle escupir la bebida. Se giró al reconocer la inconfundible voz de su viejo amigo. Los ojos se le iluminaron y pareció recobrar súbitamente la energía perdida durante el día.
-¡¡Prusia!! ¿Qué haces tú por aquí? ¿Como estás? ¡¡Oh, madre mía, hace siglos que no nos vemos!! ¿Todo bien? ¡Te invito a un trago!-

El español no parecía tener la menor intención de cesar su parloteo, dejando sorprendidos a los clientes situados alrededor. Era increíble como podía llegar a hablar tanto, prácticamente sin respirar.

-¿Vas a zarpar pronto o te quedas aquí? Últimamente estoy pensando mucho en vosotros... Ya sabes, en Francia y en ti. Hace demasiado tiempo que no salimos los tres juntos. Y echo de menos una buena juerga ¿Tú no?

Se llevó la cerveza a los labios para humedecer la boca, seca de tanto hablar, dándole al prusiano la oportunidad de contestar al bombardeo de preguntas.

{Prusiaa~~ yupii hay una primera vez para todo..! Soy tu primera vez..! ♥ wut lol}

Quedó algo pasmado al ver cesar al español con tuda su habladuría, más no le molestó porque sabía que él era así. ¿Cómo se decía?... "País de la pasión", o algo así. Aunque nunca más awesome que él mismo, debía decir.

-Me perdí cuando dijiste "¡¡Prusia!!", pero bueno. Vine a beber una awesome cerverza que no es tan awesome porque no la traen de Alemania- Al decir eso miró con molestia al tipo que les servía del otro lado de la barra. -¡Y claro que estoy bien! ¿Cómo mi awesome persona no va a estarlo?- Rió estrepitosamente antes de sentarse al lado de España en la barra y poder al fin tomar un sorbo de su cerveza. -Tú no tienes una buena pinta. ¿Qué te pasó? ¿Ya te dejó tu novio ese italiano? Kesesese- Y volvió a llevarse otro trago de cerveza a la boca. -No he visto al pervertido de Francis por aquí, al menos podríamos ir a parrandear antes de zarpar...- Musitó algo ¿nostálgico?...



[Eres mi primera vez~ xD Es que España siempre es mi primera vez *u* tan sexy él~]

Sonrió al sentirse identificado con Prusia respecto a la bebida. No era nada raro oirle quejarse sobre la cerveza de cualquier lugar que no fuese su casa, había sido incluso motivo de rencillias con más de un tabernero. Ciertamente, la cerveza alemana era buena como ninguna, pero personalmente, preferia el vino español. O el licor de cereza. Pero en esa taberna no había de ninguna de las tres bebidas.

- Habrá que reclamar o algo... No puede llamarse ''Taberna universal'' y no tener licor de cereza o cerveza alemana de la buena.

Frunció el ceño al oír mencionar al mayor de los italianos. Otro al que hacía meses que no veía.

-Muy gracioso... Hace mucho que ya no está conmigo. Pero si las cosas no van mal, pronto recuperaré a mi criado favorito -un brillo de decisión iluminó su mirada- Lo echo de menos si no está en casa...Ay, era tan mono...

Asintió con un murmullo, cada vez le parecía más tentadora la idea de una noche de juerga, aunque el tono nostálgico del albino le pasó totalmente desapercibido, como de costumbre. Su mente comenzó a divagar recordando aquellas noches de fiesta intermninables, los tres juntos. Miró la jarra fijamente durante un buen rato, como si quisiera atravesarla con la mirada.
- ¿Y a dónde vas a ir ahora? ¿Cuando zarpas? Te iré a despedir...-rió ante la idea de despedirse de Prusia en el puerto sacudiendo un pañuelo blanco.

¨{ oh, vaya, me siento smexy heheheh tú no tonta, el personaje es smexy (??) Dios, tardo un montón en escribir!! Lo siento~ ;o; }

-Que ni se te ocurra o te mataré- Estepó sabiendo de ante mano lo que significaba que el español le fuese a "despedir" al puerto cuando su nave zarpara. -Me iré cuando tú te vayas, kesesese- Rió triunfante. -Que espero que NO sea pronto, porque ahora que tienes el placer de ver a mi awesome persona de nuevo, ¡reviviremos los viejos tiempos, kesesese!- Exclamó levantando al aire su jarra de cerveza. -Y comandados por Ore-sama, claro está- Agregó riendo.

Y entre medio de todo su increíble teatro, y más al oír lo que decía sobre del Italia del Sur, una macabra (según él) se le cruzó por la mente. Gilbert bien sabía cómo se ponía Antonio cuando hablaba del crío ese, cómo se ponía terriblemente meloso cuando diciendo lo lindos que eran sus sonrojos y cuántas cosas cursis más, pero más que nada sabía la forma en que el español le consentía y protegía...

-Aunque ahora que yo el gran Ore-sama lo piensa, ya veo la razón por la cual no vemos a Francis por acá, y por qué tú no ves al niño ese Romano, Italia, no sé- Paró para tomar un poco de cerveza. -Sólo imagínate, con alguien como el pervertido de Francis en el mundo y ese niño solo por ahí~- Una discimulada sonrisa macabra se formó en sus labios.



[Aún siendo Gilbo no puedo evitar tener mi SpainxRomano xD. Yio también me tardo en escribir, así que no te preocupes ;3 *luvs*]

-¡Ahh que aburrido! Sería bonito...Yo no sé cuando me iré, ¡pero no tengo problema en quedarme un tiempo más...! Por que conozco al sobrino del amigo del guarda del muelle. No me cobrarán de más por dejar el barco ahí unas horas. ¡Por los viejos tiempos!- alzó la jarra al aire haciéndola chocar con la de su compañero en un brindis. Ante el comentario de Prusia, no pudo más que reir con él- Nunca cambiarás. Me alegro que sea así -añadió con un tono más sombrío- todo cambia muy deprisa últimamente. Siento que me hago mayor.

Se bebió el resto de la cerveza de un trago. Pidió otra, con la esperanza de que estuviese más fresca que la primera. Escuchó distraido a Gilbert ¿ A dónde quería llegar a parar?

-¿Estás insinuando que Francia podría...? Oh, no. Él sabe lo que le pasará si se pasa de listo con Romano...-No estaba tan seguro. Sin embargo, no tenía demasiados derechos a ir exigiéndole nada al francés; Italia del sur había dejado de ser propiedad suya tiempo atrás- Al menos, más le vale. -añadió en un tono ligeramente más sombrío.

-Ya estás vierjo Antonio, acéptalo- Dijo el albino dándole unas palmadas en la espalda. -Y yo nunca cambiaré, ¡soy muy genial para hacerlo!, ¿no crees?- Y de nuevo palmeó con algo de fuerza la espalda del castaño. -¡Ahahaha, así se habla! Ustedes dos no pueden estar mucho tiempo sin mi, kesesese- Y dicho eso y de una sola vez, se tomó lo que quedaba de cerveza en su jarra, para luego pedir otra.

Notó luego el estado sombrío en que se encontraba su amigo luego de su comentario del niño gruñón ese y el degenerado francés. No podía evitar que se le hiciese divertido verlo pensando en ese Italia y sin que llegara al punto de ponerse cursi, pero igual era divertido.

-Tú y yo sabemos cómo es Francis, aunque creo que no sería el único detrás de tu sirviento. Está... ehmm... Inglaterra, por ejemplo...- Se hizo el inocente y tomó su nueva jarra de cerveza y bebió, más no pudo evitar antes que un "kesesese" se le escapara y rogara porque España no le descubriera su plan.

-Tú también, listo... - rió entre las sacudidas provocadas por las palmadas de Prusia en su espalda- Si si, lo que tú digas...- Claro ¿Cómo iba a cambiar con esa personalidad? - Pero sí, hay cosas que ya no son tan fáciles como antes, huh
Se puso pálido al imaginar a Italia siendo acosado por el Reino Unido. Y luego por todas las naciones. Y luego por Reino Unido de nuevo. Se levantó de golpe tirando el taburete donde estaba sentado y derramó parte de su cerveza, aunque ni cuenta se dió.
-¡¡NO PUEDO PERMITIR QUE NADIE LE PONGA LAS MANOS ENCIMA A ROMANO!!! ¡¡ PODRÍAN HACERLE CUALQUIER COSA!! - exclamó.
Que absolutamente todo el mundo en el bar se hubiese girado en su dirección, alarmados por el tono del español, no parecía amedrentarle en su discurso de príncipe salvador ( por que en el fondo, eso deseaba ser, el príncipe que rescata a Italia...que sería la princesa) . La pasión ardía en sus ojos, y su cuerpo emitía oleadas de calor como llamaradas.

Prusia había conseguido despertar la chispa de acción que necesitaba Antonio para sacar al exterior todo su ímpetu y energia. Ahora veía cada vez más claro el objetivo. Conquistar Italia del sur, para protegerla de todo mal, por supuesto ( en ningún momento se le cruzó por la cabeza que pudiesen ser fines egoístas sus verdaderos motivos)

Aspiró una amplia bocanada de aire y se puso a caminar nervioso de un lado al otro de la taberna, inquieto. Un plan, un plan. La decisión estaba tomada. Miró a las gentes que le devolvieron la mirada estupefactos ¿podrían ayudarle en su cometido? En su barrido ocular, topó con Prusia. ¡Claro! Era justo lo que necesitaba.

Cruzó la sala al trote, pasando por encima de una mesa ( y de la comida de su ocupante, pero eso no tiene mayor importancia) y se plantó delante del albino ante la mirada confusa de los presentes que cada vez daban menos crédito a lo que veían ¿Por qué hincaba una rodilla en el suelo? ¿Y por que tomaba al otro hombre de la mano? ¿¡ Le estaba pidiendo matrimonio!?

-Prusia... querrías....¿formar una alianza conmigo?


{ una declaración en toda regla!! xDDDDD no te contesté antes, lol el spainxromano es droga de la buena hehehe }

¿Tenía forma más homosexual de pedir una alianza?... No respondan, después de todo era España. Aunque bien, tuvos que tomarse unos segundos para pensarlo... aunque bueno, tampoco era que tenía que pensarlo tan detenidamente.

-Está bien, pero suelta mi awesome mano ¿quieres? ¡Haces ver todo esto como una petición de casamiento, idiota!- Y dicho eso le quitó su mano, no sin antes darle un leve golpe en la cabeza al español por ponerse de esa manera tan... tan... ¡tan poco awesome!. -Kesesese, sabía que me necesitarías, ¡soy tan genial! Ahora sólo falta encontrar al pervertido de Francia nada más- Meditó esto último, preguntándose a la vez qué sería del francés que no estaba por esos lares persiguiendo naciones.

Recordó entonces que aún le quedaban unas misiones por hacer. Se dio la vuelta y de uno de sus bolsillos sacó una especie de muñeco budú con la forma de Rusia y mientras reía con un tono bastante macabro, le clavaba al muñeco de tela una larga alfiler.



[Si hubiese sido otra te juro que hubiese pensado que España le estaba pidiendo matrimonio a Prussia orz xD y síiii~ el SpainxRomano es droga de la buena, pero buena enserio *//*u...]

-¡BIEN ! Me alegra tenerte como aliado, amigo. ¡Otra ronda para celebrarlo! - Si seguían así mucho más, acabarían borrachos.
Se levantó del suelo y volvió a poner el taburete en su sitio para volver a sentarse en él .

-En verdad Francis anda bastante desaparecido - Y dijo esto sinceramente esperando que no fuese por haberse fugado con Romano sin él saber nada- Tengo la sensación de que se avecina algo grande y se lo va a perder. Bueno, igual aparece en el último momento. Quién sabe, con Francis....

Se quedó mirando largo rato como el prusiano clavaba alfileres en un muñequito como dominado por un demonio. Sólo transcurridos diez minutos atinó a preguntar:

-¿Qué haces?¿Desde cuando juegas con muñecas, Gilbert?

{ Jjajaj xDDD pobre Prusia! España suele hacer las cosas sin darse cuenta de lo que parecen,ains, despistaíco}

-Si esto fuera una muñeca, estas no tendrían fama en el mundo- Contestó mostrándole el muñequito con desagrado. -¡Y no estoy jugando! Soy demasiado awesome para eso, sólo estoy... estoy...- Sin terminar de hablar, siguió furioso pinchando con el alfiler al pobre muñequito de Rusia, que según él no tebía nada de pobrecito.

Estuvo un rato más así hasta que cayó en cuenta que él era demasiado genial como para tener que andar haciendo en esas cosas, así que sin importarle dónde cayera, tiró el muñeco hacia atrás, tomó jarra de cerveza que tenía en frente y se la tomó toda de una sola vez, saliendo de su boca el típico sonido que se hace cuando se sacía la sed.

-¿Por qué dices que algo grande que pàsará? Claro, ya debes saber que pronto mi awesome reino volverá a surgir y reinará todo el mundo, kesesese-



[España es aspecial aunque no sé, ¿los españoles son así realmente? D8]

*No sacandose de la cabeza las provocaciones de Romano, Ludwig y sus piratas decidieron parar en el bar antes de hablar con los Axis. Un descanso antes de un agitado viaje iba a hacerle bien a sus hombres, el germano se iba a asegurar de tener a todos bajo su comando en optimas condiciones, en caso de que haya batalla...*
*Apenas entra, ve a su hermano y a España sentados en una mesa.*
"Tal vez pueda arreglar esta situación sin necesidad de pelearrme con Romano" *pensó. despues de 2 segundos, decidio acercarse a la mesa*

-Hallo, España, Bruder. Les molesta si los acompaño un trago? hay algo importante que tengo que hablar con vos. *Decia esto mientras miraba fijamente a España con seriedad*

-¡West! ¡Claro, siéntate con mi awesome ser!- Exclamó sonriente al ver a su hermano junto a ellos, pero al escuchar eso de que tenía que hablar algo importante con el español, su sonrisa se borró de su rostro. -¿Ah? ¿Cómo que hablar algo importante con España?- Preguntó. -¿Qué le hiciste a mi hermano tú?- Agregó mirando seriamente al castaño.

-Tranquilo Prussia! *gruño Ludwig mientras con un brazo impedia que Gilbert se avalance contra España*

-Él no me hizo nada, el problema es Romano. *en cuanto termino de decir esto, tomo asiento y confiando en que su hermano se calme, se dirigio a Antonio*

-Escuchame, necesito que hables con Romano, esta poniendose pesado y se que sos la única persona que realmente tiene influencia sobre él. *dijo esto y le hizo una señal al barman para que le llevaran cerveza a la mesa*

-Le ofrecí alianza, pero en su rrespuesta pidio demaciadas tonterrías, como que le construya una mansión llena de sirvientas con pollera corrta, que le pague para que se compre pasta y tomates, y otrras cosas sin sentido. La rrespuesta que le mande, tenia las mismas condiciones pero de una forrma cientificamente correcta... Me negó la alianza, Y mi jefe me obliga a hacerla sea como sea. El problema es el siguiente, si Lovino no acepta por las buenas, tendrre que invadir el país.

*una vez dicho esto comenzo a beber la cerveza que recien le trajeron, esperando alguna repuesta*

-¿Ah no? ¿Y qué es? ¡Oye! Se parece un poco a Rusia...¡que gracia!- Comentó risueño. El alcohol empezaba a hacer algo de mella en él . Vaya si eran fuertes aquellas cervezas. -Sí, no sé. Algo. Quizá es que tengo muchas ganas de que pase algo nuevo,¿ no crees? Algo de acción, por Dios, me oxidaré si no.
Miró sus bolsillos, que habían quedado vacíos. Otra vez falta de dinero, parecía que el metal lo esquivase o que fuese cayéndosele por el camino de la rapidez con la que pasaba de estar forrado a no tener un duro.
-Oye, Prusia, creo que la próxima ronda tendrás que pagármela tú... Ahora mismo no tengo dinero. -soltó una fuerte carcajada- así que no podré pagar esta ronda. Lo siento, eh? Espero que no te importe - y puso su mejor cara de perro abandonado inconscientemente. No le guustaba pedir dinero, pero menos le gustaba no pagar a los camareros. -¿Porfa?

Al ver que el antro se llenaba de piratas rubios y musculosos, se giró a ver que sucedía. Por si acaso, tenía su afilada acha siempre cerca. Pero se tranquilizó al ver a Alemania entrando por la puerta y dirigirse a ellos.
-Alemania! Cuanto tiempo - le sonrió afable- Te invitaría a un trago pero yo mismo tengo que pedir que me inviten. ¿Que te trae por aquí?
No se inmutó ante la reacción brusca de Prusia cuando Alemania mencionó que tenía que hablar con él, solo abrió un poco más los ojos extrañado. Nunca había tenido muchos tratos con el hermano de su aliado, así que no sospechaba de qué podía tratarse.
Sin embargo, volvió a tensarse cuando el rubio mencionó a Romano. ¿Que quería de él? No había de que preocuparse, pero no podía evitar ser un poco sobreprotector con el italiano.
Al escuchar sus motivos, se le escapó la risa floja.
-Ese niño es un cabezota. Siempre ha hecho lo que le ha dado la gana. No sabría decirte si de verdad tengo alguna influencia sobre él... De cualquier modo, intentaré hacerle entrar en razón, aunque no te prometo nada, por que conociéndole...
Rió a carcajada limpia esta vez al escuchar las condiciones impuestas por Romano. ¡Aquello era tan típico de él! No le sorpendía para nada que Romano pensase más en señoritas que en alianzas, barcos y demás.
El ambiente amigable cambíó repentinamente ante la noticia de Ludwig. ¿Conquistar el país si no aceptaba? Sus puños se cerraron con fuerza, su cuerpo se puso rígido e incluso el filo del acha pareció relucir.
-¿No es eso un poco precipitado? -masculló entre dientes- ¿En serio pretendes conquistar el país por las malas?
La cosa se ponía un poco fea. El alcohol lo había vuelto algo sensible y tocar el tema de Romano no era una buena idea. Y menos si era para desearle algún mal. Y no era buena idea seguir por ese camino.

{ Ohhh rage rageee~ haha Pues yo soy española y te puedo decir que un poco su carácter es bastante español en ocasiones. Quizá somos un poco menos inocentones, pero la pasión la tenemos igual..! Hahah publicidad barata xD Pero bueno, hay de todo , como en todos lados }

Suspiró resignado al escuchar el pedido del español, no era algo inusual que siempre se quedase sin dinero. ¡¿Pero en qué se lo gastaba?! No quería pensar que en el italiano gruñón... aunque tratándose de Antonio, era lo más provable.

-Está bien- Le contestó al castaño, empezando a sentir ya los efectos del alcohol. -¡Pero no te creas que siempre será así! No siempre estará mi awesome persona para salvarte. Antonio-

Se quedó escuchando la conversación de su hermano y el español... así que en esas andaba el italiano gruñón, y él que pensaba que estaría por ahí gritando por España para que le ayudara, siendo acosado por Francia o tal vez Inglaterra.

-Antes de querer invadir esa parte de Italia, primero tendrás que meterte en guerra con este, West...- Dijo casi despreocupado.



[Que los españoles son pasionales, eso lo sé *u*. Yio siendo tsun me tendré que casar con uno (?)]

-Trranquilo Antonio, si mi intencion realmente fuera invadir a Rromano no Vendria a pedir tu ayuda. *Dijo esto apenas vio la creciente violencia en España*

*Tomo otro sorbo de su jarro de cerveza y añadió*

-No quierro lastimarlo, ni obligarlo, despues de todo es el bruder de Feliciano. Pero mi jefe no me deja opción. * ahora voltea la mirada hacia su hermano*

-Gilbert, si quisierra conquistar a Romano, solo tengo que atacarlo a él. Esta en alianza con España, no fue conquistado por el. Que españa salga a defenderlo en caso de batalla, es otrra cosa diferente. *Explicó de forma calma, mientras volvia a dirigirse a Antonio*

-Escuchame, verdammen sie es... no quiero, rrepito No quierro pelear con Lovino, bastante tengo con la invasión a Austria. Necesito que lo hagas razonar para que acepte de forma pacífica. Estoy haciendo todo lo posible para que acepte sin pelear, pero es tan imperrtinente que me colma la paciencia. Si fuera por mi ni lo querria de aliado, es mas inutil que su hermano despues de todo, pero ordenes son ordenes. Asi que, me ayudas o no? Hago esto para evitar hacerle mal.

*como termino su jarra pidio otra y ofrecio pagar la de Antonio y su Hermano ya que disponia del dinero*

Me encontraba impaciente, si bien alemania me había dicho que iria a la otra sala ya que había visto a su hermano y a Antonio.
Mi paciencia se agoto y decidi aver que pasaba; si bien sabía que no era buena idea, tenía que arriesgar.
Apenas si me puedo mover haciendo algo.
Al entrar me encontre a los 3 paises teniendo una acalorada conversación; España se encontraba al boder de la ira
no si antes Alemania lo detuviera. Tenía entendido que Lovino no quería formar la alianza con los Axis
por sus raras y exigetes peticiones y al parecer España pensaba que lo iría a atacar.
Alemania le había propuesto a España que lo ayudara con eso, se me veía complicado al ser que Lovino ya no lo ocupa.

-Alemania- me acerqué, posiblemente ni se dieron cuenta de mi presencia, pero al ver quedaron sorprendidos
((Vaya forma de aprovechar su apariencia))
-Disculpa si me entrometó; pero hay un punto ciego que usted no esta observando- hize una pausa mientras
los 3 país me miraba. -Tengo entendido que Italia del Sur no quiere ser aceptar el pacto con ustes; segun lo que escuche- reía apenadamente por la intromicción -No es que sea una mala idea pero tenga en mente esto. Lovino no aceptara nada por su parte si no cumple sus caprichos, fue buena idea de acudir a España para que le ayudara. Pero conociendo a ese sujeto que recien acaba de safarse con él. No exigira mas de lo que ya quiere?- lo miré a los
ojos.
-Al saber que usted para recurrir a España para que lo convesca firmar la alianza, este sabra que usted se esta desesperando y pedira mas de lo debido y así no tendra la oportunidad
de que este haga la alianza por sus mas exigentes propuestas; aun que haya tal vez una minima posibilidad que si logre redoblarse ante Antonio...- suspiré

Entonces dirigí mi mirada a España, quien aun se encontraba un poco enojado

-Si no llegase a aceptar los terminos... Antonio, Lovino estara en aprietos- dijo con voz firme
-Por lo tanto, si me permites que lo diga Alemania, tendremos que aceptar los terminos de Lovino; pero de una forma que nosotros lleguemos a ganar- sonreí
-Sera como usar un poco de psicología inversa-

Sacro Imperio Romano... *dijo mientras volteaba la cabaza para mirar al enano. Escucho con atención todo lo que dijo, sin poder evitar sentir enojo. Conteniendose como pudo, y en el mejor tono que en su estado de nerviosismo le permitia, le respondio*

... Agradezco que quieras ayudar, pero este es MI problema. Escucha ya bastantes prroblemas tengo como para que provoques a España. *lo mira con cara demaciado seria para el gusto de cualquiera, Ludwig estaba realmente molesto*
- Lovino no va a exigir mas de lo que hizo, porque no puede hacerlo. Y estoy hablando prrecisamente de eso con España. Agrradeceria que no te entrrometas en las negociaciones. Si bien sos mi aliado solo lo erres cuando entro en batalla, no tienes potestad de decidir ni negociar por mi.
- Y el pedirr ayuda a Antonio no es signo ni de debilidad ni de desesperación, es un acto de buena voluntad que estoy teniendo para con Romano y Feliciano. No soy un desalmado que va a la guerra sin previo aviso.

"Aparte de que es la mejor estrrategia que puedo usarr para lograr calmar a mi jefe y que no me moleste mas..." *pensó*

-Gracias por tu interres, pero solo pedirre tu ayuda en caso de que no tenga mas opción que invadirlo. Si lo que quierres es accion, podrias ayudarrme apostando tu flota en los puerrtos Austríacos junto con Grecia, hazle saber que eres mi aliado tambien y monten guardia en caso que Roderich se subleve. En caso de ser asi, no dudes mandarme un mensajero aca asi acudo a la batalla lo mas rapido posible.

No se dejó amedrantar por la cara seria de Alemania, a fin de cuentas ¡era un chiquillo! respiró hondo varias veces.
-No tienes por que atacar a un país sólo por que se niegue a ser tu aliado, Alemania. - dijo , con el semblante serio. No quería problemas con el rubio, pero proteger a Romano se había convertido en su prioridad en aquel momento. - Hablaré con él a tu favor , pero si pones un pie en italia con intenciones bélicas, no me quedaré de brazos cruzados ante semejante injusticia. Espero que lo entiendas. - En verdad temía por el italiano. Le aterraba no poderle ayudar en caso de conquista, ya que no se encontraba en su mejor momento.
Empezaba a sentirse algo mareado, ya había perdido la cuenta de las cervezas que había bebido y pese a no estar totalmente ebrio, la vista se le nublaba ligeramente y le costaba seguir el hilo de la conversación.
Se sorprendió bastante al escuchar la voz de Sacro Imperio Romano repentinamente. Tras escuchar, sus argumentos sólo le parecieron una manera de engañar a Romano para obligarle a aceptar. ¿Tan importante era aquella alianza? Italia ni siquiera tenía un poder militar que resultase imprescindible, es más , tal y como el alemán había dicho, resultaba una molestia en batalla.¿Entonces, por qué...?
No obstante no pudo enfadarse con Sacro Imperio Romano: era un niño y bien era conocida su debilidad por los niños pequeños ( e incluso una horrible fama de pedófilo más bien injustificada, él no era un monstruo, por el amor de Dios). Así, cuando Alemania le habló a su joven aliado en ése tono tan agresivo, se puso delante del niño con ademán protector.
- ¡No le hables así! Sólo intentaba ayudarte, Alemania... Y no es tu subordinado, es tu aliado. No era más que un consejo, cierto, Sacro Imperio Romano? ¡No tiene por que obedecerte!
Y cada vez se sentía más mareado. Pero no podía permitirse aflojar, tambalearse... Ahora no.

Me sorprendí al observar a Antonio parado al frente de mí defendiendome alfrente de Alemania.
Seguramente era por que tengo figura de un niño, aun que realmente llevama mas tiempo que nada.
Aunque me molesta un poco mucho ello, no le tuve importancia.
Antonio daba pasos debiles, podía observar que sus piernas temblaban. Era obvio que llevaba tiempo bebiendo y no podría sorportar mas.
Corrí por una silla y lo senté de nuevo.

-Tranquilos que no vine para armar un revuelo- dije -Mucho menos contigo Alemania quien acabo de hacer una alianza- volteé a ver a Antonio
-Contigo tampoco, y tienes razón lo que acabo de decir fue mas que un simple consejo. No unas palabras, para provocar una guerra- miré a Alemania con expresión seria.
-Antonio, no hay que preocuparse por ello. No creo que Alemania tenga intenciones de lastimarlo y si es como un buen germano que es; lo mas seguro es que cumplira con su palabra- le sonreí. -No creo que haría eso-

Camine hacia Alemania y me puse enfrete de él levantando mi mirar. Se veía molesto aun que lo estuviese ocultaldo.

-Como dijo él, no soy tu subordinado. SOY tu Aliado. Y como tal y te lo prometí
te ayudare en lo que ocupes. Aun que solo sean opiniones. Tu seras quien elige
tomarlas en cuenta o no. No es para que me trates de esa manera.
No ire a los puertos Austriaticos, si llega Austria y necesitas mi ayuda, me llamas
o yo mismo ire- alze mis hombros. -Ese sujeto me debe ya varias-

Me giré y sali del lugar no sin antes detenerme con el pobre de Antonio que estaba totalmente tambaleante.
-Si se te ofrece algo, hablar o solo quieres ir Antonio ve a mi casa, seras bienvenido. O dime en donde yo ire.
No te enojes con Alemania; entiende que el tiene muchas cosas tambien en su mente pasando al igual que tu.
así que dejalo pasar y no te enojes.- le sonreí y sin decir nada salí de ese lugar
hacia mi casa.

- - - -

((Pobre Sacro eso le pasa por no crecer; o si crecio??? XD))

Se desplomó en la silla, agradeciendo internamente al germano por aquel detalle. Sus palabras lo tranquilizaron al momento, hablaba como todo un adulto. Le dio un abrazo,algo torpe debido a su condición.
-Tienes razón , Sacro Imperio Romano... puedo llamarte Sacri? Es que tu nombre es muy largo... -le sonrió algo atontado. Meneó la cabeza para aclararse- Eso. Es cierto. No tiene por que haber malos rollos...Si de verdad no vas a hacerle daño- Aún así, no iba con la actitud del español la idea de disculparse por haber sido un poco brusco.- Y doy el tema por zanjado si no te importa...
Apoyó la cabeza en el hombro del prusiano con la firme intención de quedarse dormido ahí mismo. Se removió un poco en su asiento buscando una posición algo más cómoda y acabó por quedarse dormido en pocos segundos, murmurando antes:
-Hay que ver como crecen los niños hoy en día...Sacri llegará lejos...

Sacro Imperio Romano... nunca creyó volver a verlo, pero al está allí frente a ellos, hablando de la forma en que lo hacía aún teniendo apariencia de niño, le causó un cierto sentimiento nostálgico.

-Que los niños crecen rápido es cierto, si no lo sabrá mi awesome persona que de un día para otro vio al West hecho todo un hombre- Musitó dramáticamente, con cierta intensión de burlarse del alemán que aún se encontraba allí. -¿Y es TAN necesario que me uses de almohada?- Gruñó dirigiéndose al español, pero fallando el intento de querer sacárselo de encima al ver que ya estaba dormido.


[Loco, no me puedo ir tranquila al colegio que casi se arma guerra acá (?) D8]

Al cabo de una media hora, tras haberse dormido sobre la espalda de Prusia y haberle dejado un interesante charco de saliva en la espalda, Antonio despertó de un bote.
-¡Ah! - miró algo confuso a su alrededor, intentando recordar qué hacía ahí y por qué se había quedado dormido en un lugar como ése. Por la ventana se veía ya muy oscura la calle, así que supuso que debería ser tarde. - Uy... Bueno pues....yo...me voy yendo ya... -Pestañeó varias veces seguidas, intentando despejarse.
En verdad, no estaba muy seguro de dónde se encontraba amarrado su barco, pero , beh , ya lo encontraría. Se levantó y con una sonrisa se despidió de sus compañeros (que, inexplicablemente, seguían bebiendo, será el espíritu alemán) y se dirigió hacia la salida del bar, chocando prácticamente con todo aquel que se le pusiese por delante. Vaya si estaba torpe.