Le sonríe, mirándolo desde arriba:
-Las espadas son filosas, pero siguen siendo armas de niños... *a cada golpe que dió con su espada, trató de defenderse con su hacha. Claro, los golpes que Dinamarca pudiesen dar eran lentos, pero serían mucho más fuertes.* Las espadas son ágiles, pero mis armas son mucho más contundentes... *y no aprendiendo con el primer resultado, le dió otro cabezazo a Estados Unidos, para tratar de alejarlo, encontrándose otra vez con la dureza de esa cabeza.* Aj... ¿¡Qué comes!? *le dió un golpe con su hacha, tratando de hacerlo caer.*