-El lituano hoy se despertó con unas ganas inmensa de ver Feliks, su amigo de la infancia que siempre estaba presente en su vida. Hasta el desconocía el motivo
por el cual amaneció con tantas ganas de verlo, pero lo que el no sabia era que esos motivos ya se darían a conocer en menos tiempo de lo que el pensaba.
Desde ya, una vez decidido a ir a ver a Polonia, se preparo con una buena ropa, se perfumo y se alisto para salir de su casa. Al salir y caminar por las calles
vio esos dulces polacos que tanto le gustaban a Feliks así que deicidio comprar un paquete, tal vez y si Feliks estaba de humor tal vez y hasta le agradezca.
Se sentía feliz, el sol brillaba y la gente sonreía parecía un día perfecto en su vida. Estaba lejos de Rusia y de las preocupaciones que a diario opacaban su vida.-
Hoy sin dudas sera un buen día -dijo el lituano en voz alta para si mismo. Al llegar a la casa de Polonia se sintió un poco nervioso, pero no lo suficiente como para no
animarse a tocar la puerta, así que procedió y toco la puerta esperando la respuesta de aquella persona que tanto deseaba ver en esos instantes-