[Privado] - Lecciones

Se podría decir que había estado tocando todo el día, salvo por las horas que usó para hacer unos cuantos deberes, aunque si bien éstos eran pocos debía hacerlos ese mismo día, así le había indicado su jefe.

Recordando melodías que solía tocar cuando era joven, así estuvo por un rato, buscando una en especial. Pensó un rato y recordó - Fantaisie Impromptu - Susurró. Se levantó del banquillo del piano para ir a buscar la partitura de la nombrada pieza musical. Se dirigió hasta un estante donde habían alrededor de 30 carpetas, todas llenas de partituras de música, ordenadas perfectamente por orden alfabético. Divisó la carpeta que estaba rotulada con una letra F, la retiró con cuidado de su estante, limpió el polvo que tenía y se dispuso a buscar la partitura, al cabo de unos minutos la encontró. Volvió hasta donde se encontraba el piano y miró una hoja que había en el suelo, la recogió para percatarse de que era la partitura de la Campanella. Se preguntó cómo había llegado hasta ahí.

Se sentó frente al piano una vez más, puso ambas partituras sobre el piano, pensando en que no tocaba hacía un tiempo La Campanella, decidió tocar ésta pieza primero. Se dejó llevar por cada nota que salía del piano, hasta que depronto escuchó que alguien tocaba la puerta, abandonó suavemente las teclas y se dirigió a la entrada de la casa, para abrir la puerta y ver a la jovencita de cabellos platinados al otro lado de ésta. - Buenos días, señorita.- Le dijo con un suave tono de voz, mirandola a los ojos.

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Perdón por la demora ;__;

Notó el sonrojo de la menor y solo se limitó a sonreírle suavemente. - No se preocupe - Le respondió conservando su semblante y suave voz.

Se preguntaba que hacía ahí esa muchacha, que nunca antes había visto, mas, su nombre se le hacía algo conocido. Retrocedió un paso para dejar libre el umbral de la puerta - Un gusto en conocerla señorita. Yo soy Austria - Le dió una pequeña reverencia, para volver a intervenir - ¿Gusta de pasar adelante? - Le dijo, haciendo apelo de sus buenos modales.

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(No te preocupes :3 )

-No es nada, señorita- dijo devolviéndole la leve reverencia.- Dio unos pasos hacia atrás, para dejar que la joven se adentrara más en la casa del austriaco. – Muchas gracias, Alaska – le sonrió suavemente a la joven - ¿Le puedo preguntar que le trae por aquí? –Le preguntó en un tono suave, caminando hacia el salón donde se encontraba su piano, le hizo una leve seña para que le acompañase a la sala.