Visitando a Noruega (ADVERTENCIA: +18)

Había pasado un invierno en verdad crudo en su casa el año pasado... La nieve cubrió por completo todo su territorio y como su casa queda frente al mar, terminó aislado de todo. Por otro lado, para acercarse a cualquier otro territorio, debía cruzar por la casa de Alemania y por alguna razón, ese tipo no le caía bien. Terminó completamente aislado.

El verano floreció como siempre, con un clima agradable y mucha prosperidad. Pero ahora que estaba al principio del invierno nuevamente, llegó a la conclusión de que no seria bueno volver a quedarse en casa.

Esa madrugada, preparó a todos sus hombres y les ordenó embarcar. Así de un momento al otro, fueron tomados por sorpresa y debieron seguir a su líder ¿Qué más les quedaba por hacer? Entonces partió hacia las tierras de su vecino y al poco tiempo, dispuso todos sus barcos frente a la casa de este mismo.

-¡Envíenle un aviso de que el Rey Nórdico ha llegado!

Y seguido de esta orden, varios de sus hombres prepara un cañón y lo dispara directo a la casa de Noruega. Una excelente llegada y una divertida broma para comenzar el día.

El sonido de un cañonazo se hizo presente mientras el estaba tranquilamente organizando un tratado que su monarca le había encomendado. Como era de esperarse se sorprendió ¿Qué habría sido eso? Francamente no importaba en ese momento, lo más factible es que fuese un ataque sorpresa (con lo inestable que estaban las relaciones internacionales en ese momento) por lo que rápidamente acudió junto a sus hombres (los cuales siempre preparados) a defender la nación.

Grande (e ingrata cabe agregar) fue su sorpresa al divisar la embarcación danesa en sus tierras, con un cañon humeante trás haber lanzado una bala previamente.
Justo cuando pensaba que el Danés no podía ser más idiota.

-¡NORUEGAAA! (lo saluda desde su barco, como si lo pudiese ver. Al menos el eco de su voz si llega) ¡Oye! Vamos a bajar en tu casa... (hace una señal a sus hombre y entonces todos empiezan a bajar, lanzándose al agua, cargando sus hachas y grandes escudos)

Irritante. Si, definitivamente esa era la palabra con que el noruego podría describir al danés, claro, indeseable y odioso también, a decir verdad cualquier peyorativo servía en ese momento.

- Vete de aquí.- Sentenció frunciendo el ceño casi de forma desapercibida, le desagradaba su presencia de una forma inimaginable, ¿Que creía que hacía en su casa? Dudaba en ese momento la posibilidad de una invasión y si lo era sería seguramente la menos brillante que había visto en su vida y si de algo podía jactarse es de haber vivido bastante tiempo. Hizo una pequeña señal para que los soldados de su nación apuntaran a Dinamarca, sin embargo, no a sus soldados, ellos no tenían la culpa que Danés fuese tan inoportuno.

El Danés baja de su barco, saltando fuera y cayendo al agua.

-¡Que gusto me da verte! *Camina hacia Noruega* Hace tiempo que no vengo a visitarte y eso que... estamos a unos días... o menos... *extiende los brazos, esperando un GRAN recibimiento como el Rey que es, sin notar que lo están apuntando* ¡¿ Por qué tienes a todos tus soldados aquí?! ¡¿Acaso tuviste guerra?! ¡¿Alguien intentó atacarte?! ¡¿Qué fue lo que pasó?!

Se detiene frente a Noruega y lo abraza,a apretándolo como si quisiera sofocarlo:

-No importa... ¡Te he extrañado mucho, estimado amigo...! ¿Y sabes lo que se me ocurrió? Como el invierno pasado quedé recluido en mi casa por la nieve... decidí que sería buena idea pasar estas fechas aquí contigo.

Esa idea no le agradaba nada, ¿tan difícil le era entender que no le caía bien? Quizás si.

-No me parece buena idea.- Fue preciso y se liberó del abrazo (con algo de dificultad, aunque no sé notase. La fuerza vikinga (?). –Lárgate- Con la delicadeza de siempre lo echó y sus compatriotas parecían cada instante más decididos en disparar. No era necesario ser un genio para notar que Noruega no deseaba en lo más mínimo la presencia de Dinamarca ahí.

Lo mira unos momentos, como sin entender ¡¿Cómo su ego le va a admitir que no lo quiere ahí?!

-¡¿A donde?! *responde al "lárgate" y entonces suspira* Se dice: entra, pasa, adelante... No lárgate... ¡¿Acaso Suecia no te enseñó a hablar...?! *hace una mueca* Ahora que lo veo, pareces de mal humor ¡¿Acaso él te ha hecho algo?! Se que es seco... pero...

Mientras Dinamarca hace su monologo, los vikingos que van con él también se preparan para el combate. Aun que su líder no parece darse cuenta del rechazo, sus acompañantes si.

-... pero por eso deberías de tratar de entenderlo más... Tal vez si visitar a Alemania y haces un curso de psicología *sigue hablando mientras tanto* o algo así. Creo que lo que te falta es aprender a escuchar y percatarte de los demás ¿Sabes? Eres muy frío... ¡Pero aún así te quiero! No por nada eres mi mejor amigos *lo abraza, y en el abrazo, baja las manos hasta el trasero de Noruega y lo apretuja* De hecho... serías una buena Reina...

El comentario que Dinamarca le habia hecho sobre Suecia estaba fuera de lugar, hace tiempo ya que se había convencido (sin mucha dificultad) de que Dinamarca solia comentar o tener conductas que hacían dudar si podría ser considerado un ser pensante. Este había sido un perfecto ejemplo.

Los monólogos del Danés solían ser indeseables en muchos aspectos y aunque ese no fuese un caso aislado le dió un punto a favor a Noruega quien mientras Dinamarca parloteaba para si mismo había aprovechado de hacer una señal leve a sus soldados para comenzár su ataque y alejar a los forásteros.
Cuando los soldados estaban comenzando su ataque ocurrió, Noruega sintio un incomodísimo apretón en su parte posterior, no estaba preparado para eso y abrió sus ojos enormemente como respuesta al mismo tiempo en que le efectuaba una dolora patada al otro rubio. -Imbecil- Imbecil era una palabra pequeña, la situación podría considerarse... ¿embarazosa? y claro, los soldados habían detenido momentaneamente su ataque para ver la escena, pero lo reanudarón de inmediato.

-¡¿Qué hice?! *lo mira sorprendido como sin entender que hizo mal... Entonces ve como todos los soldados atacan a sus hombres* ¡¿Pero que haces?! *mira hacia todos lados, como sin comprender* Noruega... vamos... ¡Te estas confundiendo! Esos hombres son mios *le ofrece una sonrisa, como sin entender que no lo quiere ahi* Diles que se detengan... o las cosas pueden ir mal... Se buen chico... *niega con la cabeza* No son buenas las confusiones... ya viste lo que pasó con Suecia. *En su tono se mece una leve doble intención... entre la sordera del nordico y una minima conciencia de que es lo que pasa en verdad*.

Dinamarca da una sonrisa lasciva a Noruega. Sus hombres también se lanzan a la batalla, y como buenos vikingos dan todo por el todo. Arremeten contra quien sea, golpeando con sus mazas o hachas...

-¿Es que acaso hoy sentiste deseos de luchar? *su tono cambia por un segundos* Jajaja... eres tan pequeño, pero tan dulce y divertido... ¿Acaso quieres probarte contra el Gran Rey de los Nórdicos...? *le habla como si fuese un niño que busca jugar con él un juego de adultos.* Si quieres pelear, podemos ir contra alguna otra nación; vamos... dime con quien quieres empezar una guerra y dejaré que me sigas *se inclina un poco hacia él, tomando todo como un simple juego*. Pero ese "lárgate" suena muy agresivo ¿Esa es la forma de hablarle a tu Rey?

-Jajajaja... * ríe, como no captando la rudeza* ¿¡ Por qué me odias?! *dice esto, como si Noruega hubiese usado el sarcasmo* ¿¡Es que acaso hay algo que no quieres admitir?! *Como si hubiera sido un "Ash... como te odio (te quiero)". Entonces se inclina sobre el rostro de Noruega, casi como si fuese a besarle* Yo también "te odio" y... lo de la mancomunidad iba enserio... *se acerca lo suficiente y lo besa sin más*

(JAJAJA Adoro las "indirectas" de Noruega XD)

(Descuida, no pasa nada)

Esto se había convertido en la gota que derramó el vaso.
- ... –permaneció en silencio, con los ojos abiertos. Por alguna razón no podía figurar otra expresión que la de siempre.
Los labios de Dinamarca eran inesperadamente cálidos, pero mientras el contacto duraba (y Noruega no correspondía) no dejaba de pensar en sus sentimientos para con el dueño de esa piel, para nada cariñosos.
Éste único hecho es el que no le permite disfrutar del beso, porque por muy frío que sea Noruega, no dejará de ser humano. Y por muy romántico que sea un beso en los labios, no dejará de ser de Dinamarca.
Se separa un poco y lo aparta suavemente, posando una mano en su pecho. Esta sutileza al alejarlo no es más que un acto por pura inercia.
- Si ya terminaste, retírate.

Realmente esperaba un golpe por respuesta, pero como sólo lo apartó suavemente, dio paso a la confusión:

-¿Realmente quieres que me baya? ¿Me dejarás todo el invierno solo y sin ningún lugar a donde ir...? Sabes que Alemania no me agrada y si voy a estar en algún lugar, prefiero que sea aquí... *las palabras de Dinamarca se volvieron dulces por un momento, perdiendo ese tono burlón que siempre parecía tener.* Anda ¿Tanto te gusta estar solo...? Sólo será por el invierno y luego me regresaré a mi casa... Podemos hacer muchas cosas, como atacar algún otro País, beber o divertirnos un poco...

Al parecer Dinamarca había malinterpretado la ausencia de una tunda (o dos) con confusión por parte de Noruega sobre si deseaba o no su presencia, era un claro ejemplo de persona a la cual se le da “confianza” y toma provecho de la situación. Noruega se limpio los labios con su manga.

En tanto que el danés en un aparente tono suave le sermoneaba sobre lo poco que le agradaba Alemania y el gusto que tenía el noruego por la soledad, Noruega no pudo hacer más que mirarlo con algo de desprecio ya que al parecer la única forma de callarlo “era recibiéndolo” en su casa, después de todo ya le había despachado y golpeado varias veces y parecía no entender (Le comenzaba a doler la cabeza de forma considerable, el asunto era callarlo, sus sermones además eran absurdos y le importaban poco o nada.)

-Puedes quedarte.- Sin embargo tenía algo más que agregar –No tengas ideas equivocadas, sigo detestándote.- Y dicho esto hizo una señal a su ejercito para que cesara el ataque.

Dinamarca ríe... parece una risa de triunfo, pero también parece reírse como si Noruega hubiese hecho alguna clase de broma:

-Bien... bien... *le toma el hombro y lo gira hacia su casa, obligándolo a caminar con él* Yo también te "detesto" Nor. Mucho... mucho... *lo apretuja contra su costado* Por cierto... ¿Tienes algo de cerveza? Me gusta la cerveza negra, bien espesa y algo salada... Podemos beber mientras comemos algo con pescado ¿Qué dices? Podrías cocinar algo para mi *lo mira desde arriba, ofreciéndole una gran sonrisa* Me gusta el pescado con algo de especias... no muchas. Nada que le quite el sabor original... *vuelve a mirar al frente* ¿Recuerdas cuando ustedes eran pequeños y les cocinaba? *suspira* Eran buenas épocas.

Miró hacia abajo con su típica mirada vacía por lo que daba la impresión de que quisiera penetrar el suelo con esta. Ese invierno sería largo, o mejor dicho, eterno.

Al sentir la mano ajena en su hombro casi ordenándole girar se arrepintió (si, era posible arrepentirse aún más) sobre haberle permitido quedarse. Lo golpeó de forma poco delicada en el estomago al tiempo que el otro hacía toda clase de peticiones como si de una cordial invitación se tratase. Su paciencia se gastaba rápido con aquel danés y para cuando el susodicho terminó la “lista” de todo lo que deseaba Noruega le dio otro golpe bastante fuerte en las costillas. Al parecer Dinamarca no entendía que esa no era su casa y que Noruega no era su esposa o su criada.

El primer golpe parece no sentirlo, distraído en su monologo... pero cuando termina y regresa l atención a Noruega, si suerte el golpe en las costillas y de paso, el ahogo del golpe en el estómago:

-Oh... Veo que antes de comer quieres pelear... * sonríe con emoción ¡Adora las batallas! Y entonces empuña su hacha y le de un golpe en la cara, con todas sus fuerzas, con la parte plana* ¡No hay nada mejor que una pelea contra otro Nórdico! *Ríe*

Exceso de confianza podría llamarse a lo que el danés hizo, solo que sin el elemento crucial, la confianza.
A Noruega le dolió el golpe en el rostro ya que era un poco tarde cuando se dio cuenta que la parte plana del arma se dirigía a su cara, resultado, Noruega con una mejilla enrojecida y bastante molesto ¿Dinamarca quería pelea? Bien, su buen amigo troll sería de utilidad, el mencionado “apareció” (Dinamarca no puede verlo ¿O si?) y le propició un feroz golpe al Danés.

Dinamarca siente el golpe y cae de cara al suelo, sobre la nieve.

-Uhmf... *trata de decir algo, pero se ahoga* Ahhhj... *respira agitado* ¿¡Cómo hiciste eso?! Eres veloz... ¡Pero no más que yo! *se lanza contra Noruega y se le hecha encima, aplastandolo con su propio peso* Eres tan pequeño y frágil como una mujer... *le sonríe de forma lasciva* Si esto fuese una batalla enserio... no terminarías bien...

(Pues... es Dinamarca quien le dice que siempre esta rodeado de amigos raros XD.. así que supongo que si los ve, salvo por las hadas y esos seres más mágicos.)

Forcejeó con todas sus fuerzas, el imbécil de Dinamarca estaba llegando demasiado lejos con sus infantilismos y sus comentarios cada vez eran menos aterrizados, y después tenía el descaro de preguntarle porque le odiaba siendo que las razones eran más que obvias.

-No me toques.- Se movió incesantemente con la intención de que se desequilibrara y se cayese de lado así pudiendo escapar. Definitivamente estos últimos años Noruega no se había preocupado demasiado por su fuerza física.

Ríe, divertido:

-Jeje... Toda chica cuando dice que no, esta diciendo en verdad que sí... *y sin ningún descaro, toca donde no debería tocar* Que me odias, que me vaya... lárgate... ¿Crees que no entiendo tu lenguaje? Por algo me gustas tanto... porque pareces frío pero en verdad eres muy cálido... *lo suelta y se pone de pié, para entrar a la casa de Noruega* Ya... vamos... dejemosnos de tantos juegos y prepararme algo de comer... ¡Tengo hambre!

-No soy una chica, deficiente. –

Esos eran definitivamente uno de los momentos en que más deseaba desaparecerlo sin preámbulo de la faz de la tierra. El troll se acercaba peligrosamente por detrás pero antes que pudiera este ayudar al noruego y de paso golpear a Dinamarca este último se puso de pie e ingreso a la casa de Noruega.

El rubio estaba furioso y avergonzado, no tenía porque negarlo, sus hadas lo miraban preocupadas. Noruega llegaba a su limite de paciencia, apenas ingresara a su casa (a la cual dicho sea de paso el danés ingresó antes que el) hecharía a Dinamarca. No debían subestimar la fuerza de su nación o sus trolls(?

Dinamarca espera a que Noruega entre a la casa y entonces lo vuelve a apretujar entre sus brazos:

-Norrr.... Tengo hambre... Anda... se bueno y hazme algo rico para comer... ¿Sabes que me gusta el pescado? Oh... ya te lo dije... *le da un empujón hacia la cocina y luego una palmada en el trasero* Si le pones alguna salsa no me enojo... De hecho, me encantaría... ¡Anda! Has sentir bien a tu rey... Por cierto ¿Donde voy a dormir? Quisiera un cuarto cálido... Sabes que no me gusta el invierno.