Visitando a Noruega (ADVERTENCIA: +18)

Dinamarca se queda ahí de pié:

-¿No hay caso contigo, no? (le sonrie de medio labio y finalmente se rinde. Se gira y va al otro cuarto... esta tan frío como el suyo...) Tal vez mejor me hubiera qudado en casa... *murmura, después de todo si hay algo que no soporta es un "no" y eso incluye cualquier tipo de rechazo... Tal vez por eso siempre era tan persistente... Si persistes ese "no" es como si no existiera* Bueno... *Se deja caer en la cama sentado y se queda ahi... lo mejor es que mañana regrese a su casa... Suspira...... .......... ... ¿¡Pero qué va!? ¡Él es el Rey Nordico! Se pone de pié, se quita el sobretodo y la corbata, despeinandose un poco para fingir que ha estado durmiendo y cuando deja de escuchar ruido en el cuarto de Noruega, parte hacia el mismo. Abre la puerta muy discimuladamente... como un italiano escabullendose en el cuarto de un aleman... y va en puntitas de pie, metiendose bajo las cobijas del noruego* Nor... tengo algo de frío... ¿Te importa si duermo aqui contigo? *su tono de siempre regrewsó. Le da un beso muy suave en la nuca como un... "por favor"*

Entró a su cuarto y se desvistió dispuesto a dormir, necesitaba un sueño reparador para poder soportar a su “visita” otro día más. En cuanto se puso la ropa de noche se recostó en su cama tapándose hasta arriba, esa noche estaba particularmente fría comparada con otras. Cuando estuvo a punto de conciliar el sueño sintió como algo se adentraba bajo las frazadas y antes de siquiera poder reaccionar oyó la voz de Dinamarca tras de si pidiéndole durmiese con el. Iba a golpearlo pero al intentar hacerlo un beso en su nuca le hizo estremecer haciendo que se retorciese un poco. Estúpidas reacciones humanas, en cuanto el reflejo terminase le daría a Dinamarca el golpe de su vida.

-¿Me dejas...? *le da otro beso en la nuca, al ver que no sobrevino un golpe. A ese le siguen otros, que poco a poco van tomandole el cuello... si se lo propone, el danés puede ser muy suave* Prometo no ser molesto... *aprieta un poco más el abrazo, como tatando de evitar que huya... o lo golpee...* Uhm.... *sigue dando besos muy suaves*

Negó con la cabeza lo mejor que pudo pero era bastante difícil en esa situación, no podía golpearlo por más que quisiera ya que el idiota de Dinamarca lo tenía técnicamente prisionero, zafarse de eso no era una tarea sencilla ¿Dónde estarán sus criaturas mágicas para ayudarle en ese momento…? Posiblemente durmiendo también.

-S-suéltame idiota.- Mal presagió, su voz sonó débil.

Lo suelta muy despacio, no dandole lugar a que escape y se acomoda sobre él, siempre, sin dejar de besrle el cuello. Tiene el impulso de responder a las palabras de Noruega, pero esta seguro de que lo que diga lo hará enojar, como cada cosa que dice. Por ahora sólo se dedica a recorrerle el cuello con besos suaves y relajantes, procurando no darle lugar a que escape. Entonces, da la una larga lamida hasta el lóbulo de la oreja, donde muerde tan suave como besa:

-¿Realmente quieres que me vaya?

Al menos ahora tenía un poco más de espacio y el abrazo había cesado, lo malo es que ahora la posición era mucho mas embarazosa e incomoda que la anterior y para colmo Dinamarca comenzaba a tratar con su oreja. Detestaba que su cuerpo no tuviese su misma insensibilidad emocional.

Cuando Dinamarca le cuestionó nuevamente la disposición de golpearle y echarlo no le faltaron, pero no pudo hacerlo, algo dentro de el se lo impedía y dudaba muchísimo fuese cariño ya que este era aparentemente inexistente.

Toma el silencio como un "sí" y continúa. Baja los besos hasta el pecho, abriendole la ropa con habilidad. Una vez que el pecho esta semidescubierto, le da una caricia larga, descubriendo tanto como queire. Llega entre besos al pecho y entonces busca uno de los pezones del más chico, recorriendolo con besos y luego tomandolo entre los labios, en una pequeña caricia.

Dinamarca tenía habilidad para eso indudablemente pero Noruega aún así no podía mostrarse débil ante las caricias, Dinamarca le caía mal eso no era noticia nueva y que el danés y el estuvieran en semejante situación hacía que su despreció no fuese convincente. Tomó una decisión, por más que le costase intentaría no responder a ningún tipo de estímulo. Mordió sus labios cuando su pecho fue invadido evitando así cualquier tipo de sonido, esa sería una larga noche.

Se entretiene con el pazón, sintiendo como va endureciendose. Reconoce cada reacción del cuarpo, incluso los aromas. Ese rico sabor que la piel toma a medida que la situación se va volviendo más cálida.

-Me gusta el sabor de tu piel... *da una caricia con los labios al pazón y luego lo chupa levemente, deleitandose con su piel. Una de sus manos lo sostiene sobre Noruega y la otra se toma el atrevimiento de ir bajando hasta las piernas del chico. Cuando logra acomodarse mejor, sube la mano con la que se sostenía al rulito de Noruega y lo acaricia, buscando atraparlo por completo.*

Las palabras de Dinamarca no le agradaban en lo absoluto y su plan de mantenerse pétreo frente al contacto de este parecía no tener demasiado futuro. Arqueó un poco el cuello para poder tener un mayor contacto visual de lo que el otro hacía (de todos modos no era estrictamente necesario, podía sentirlo) y notó lo quizás patético que se veía según su orgullo en ese momento.

Debía mantenerse en compostura lo más posible, quizás después de la faena Dinamarca se estaría quieto todo el invierno (ya quisiera…).
El danés lo acomodo, eso se veía realmente mal y la mano ajena toco su rulito (increíblemente un área levemente sensible) causándole más incomodidad, su rostro tenía la impresión de siempre con la enorme diferencia del color, estaba completamente sonrojado.

Considerando que Noruega no reacciona para mal, se permite continuar. Ahora trata de bajarle los pantalones entre leves caricias, entre las cuales se deshace del cinturón y las prendas que comienzan a molestarlo, rozando de tanto en tanto el miembro de Noruega. Quiere sentir su piel, que pese a la frialdad del más pequeño, parece muy cálida... y cada vez más.

Da una lamida a lo largo del pecho, antes de desviar su atención hacia el otro pezón. Cuando considera que ya es suficiente deja su rutilo en paz y baja la mano al pecho del chico, para seguir jugueteando con el pezón y permitirse bajar entre besos hasta la panza, mientras sigue luchando contra los pantalones.

Se sentía sometido y molesto, Dinamarca parecía saborear su piel como si fuese un festín recién preparado especialmente para él, podía sentir sus pezones endurecidos, aunque claro, no era lo único que se estaba endureciendo en el para su desgracia.

El danés rozaba de vez en cuando su masculinidad quien sabe si era por el placer de molestarlo o por simple torpeza, no importaba, el jodido contacto bastaba para hacerle sentir que perdía el control. Maldecía internamente haber llegado a esa situación, pero no podía engañarse, todas esas sensaciones eran agradables aún viniendo de alguien a quien detestaba.

Las caricias en aquella parte se empezaron a volver más insistentes, al tiempo que no dejaba de presionar y acariciar los pezones con la yema de los dedos. Y finalmente llegó abajo, donde le recorrió la entrepierna entre besos.

-Veo que no me detestas tanto.... *dijo al notar la dureza del más chico* Mira como te hice poner... *y entonces dió una lamida a lo largo del miembro, yendo más lento en la punta, donde dedicó más tiempo,*

No pudo evitarlo y un gemido escapó de su boca el cual se intensificó cuando su parte sensible era lamida. Esperaba que ninguna de sus criaturas lo viese en esa condición tan deplorable.

Sus ojos se cerraron con fuerza, el comentario que había hecho Dinamarca podría hacerle tener ideas erradas sobre él y no podía permitirse eso, intentó levantarse como pudo, no le importaba demasiado interrumpir un instante, tembloroso y con dificultad se reincorporó y tumbo al danés como pudo. Dinamarca debía aprender quien mandaba, un cambio de posición quizás sería suficiente.

Cuando escuchó ese gemido, sientó tener al Noruego ganado. Estaba dispuesto a dar otra lamida, cuando lo tomó por sorpresa, volteandolo.

-Je... *le sonrió, mirandolo desde su lugar* ¿Quieres pelear...? *Le dijo, mientras lo jalaba con él, besandolo y profundizando el beso. Con una mano lo sostuvo del cabello, haciendo presión y con la otra le recorrió la espalda.*

No era la reacción que esperaba a decir verdad aunque siendo realista nunca obtendría sumisión por parte de otro rubio.

Cuando fue tomado desde su cabello frunció su seño, besarlo no estaba dentro de sus planes pero Dinamarca se le había adelantado, de todas maneras mantuvo sus labios quietos, no respondería, por lo menos no de momento.
Pudo sentir una mano ajena recorrer su espalda provocándole un escalofríos inconcientemente.

La mano de Dinamarca lega hasta el trasero de Noruega, donde le da una palmada. Separa el beso y le sonrie:

-Eres muy lindo... *La mano con la que lo palmeó, se desliza por el costado, hasta encontrar el miembro de Noruega; le dedica unas caricias, sin dejar de mirarlo* Me gusta como te ves ahora... tus mejillas estan sonrojadas *le dedica una sonrisa dulce. Mientras que la mano con la que le tomaba los cabellos, baja hasta las ropas de Dinamarca, quien busca quitarse el pantalón; sin dejar de acariciarlo con la otra.*

Enrojeció aún más en el instante que le comenzaron a tocar más de la cuenta su sensibilidad masculina, le desagradaba que a Dinamarca le gustase la visión de su rostro en esa condición por lo que apartó un poco el rostro.

Pudo percatarse como Dinamarca bajaba su mano hacía el pantalón y lo que eso implicaba, le hubiese gustado dejar todo hasta ahí pero ya habían llegado demasiado lejos, además las caricias en su capital eran imposibles de ignorar y no podía pensar con claridad.

-No tienes que ser tímido *dice cuando oculta el rostro* Te vez muy bonito... *presiona el miembro de Noruega* ¡Por qué te averguenzas conmigo? ... Puedes gemir si lo sientes... *entre palabras, logra desvestirse de la parte baja y entonces retira las manos, eso le da lugar a que pueda unir las caderas y con una mano en la parte baja de Noruega, le indica que se mueva a su ritmo, que él mismo había impuesto ni bien se rozaron. Notoriamente, el danés estaba en iguales condiciones que el noruego.* Ah... se siente muy bien ¿Verdad?

Otra mano se escabulle a la parte baja de Noruega, pero sigue de largo, hasta el trasero del chico. Lo acaricia, hasta encontrar lo que busca y tratando de no ser muy intruso, mete un dedo dentro de la entrada del chico.

Noruega era todo menos tímido aunque no lo pareciese, mordió su labio inferior para no gemir y llevarle la contraría a Dinamarca, era difícil y recurrió a posicional su cara en el hombro del antes mencionado, así por lo menos podría ahogar cualquier sonido. Podía sentir a la perfección cada movimiento del danés acomodando los cuerpos a su gusto y el ritmo que había marcado para lo que obviamente se realizaría después, su corazón latía con más fuerza, no pasaría mucho antes de que…

- ¡ Augh …!-

Dinamarca metiese el primer dedo dentro de el.

-Relajate... *murmura* Seré suave... *lleva la mano que tenía en la cadera a la espalda y lo pega más a él para que las caderas se rocen aún más y tambiuén para tenerlo más cerca* Dime... ¿Has hecho esto antes...? *trata de buscarle el rostro para mirarlo* Dime... *trata de dar con la boca, para besarlo. Introduce otro dedo* Uhmmm... te siento algo estrecho...

No confiaba en el en lo absoluto, sin embargo no tenía otra alternativa en ese instante. El espació entre ambos era estrecho.

- Si…- Noruega no era virgen en lo absoluto, lo que ocurría es que no había tenido una relación de “esa” manera, eso podía jugarle en contra y era la explicación de su estreches. Esta vez si respondió al beso, necesitaría distraer su boca en algo.

Separa el beso cuando lo escucha asentir:

-¿Sí...? *en su tono de voz se escuchó algo molesto* ¿Con quién...? *Esta vez el danés esperaba un "no" por respuesta, aunque usualmente eso lo enfurecía... Esta vez el "sí" pareció molestarlo. Llevó dentro un tercer dedo, esta vez tal vez como venganza, pues no lo sintió listo para eso.* ¿Con quién...? *insiste*

Pronto se da cuenta de que esta siendo bruzco, también de que eso no es bueno; así que retira el tercer dedo y pronto los demás, dejando su mano ocupada sólo en el miembro de Noruega. Pero sin darle lugar a donde escapar, vuelve a girar, dejándolo bajo su cuerpo, quedando entre las piernas del chico:

-Dime quien te hizo el amor antes que yo... *eso más bien pareció una orden, aun que sonrió de forma dulce.*

- A-ah…- El idiota de Dinamarca estaba abusando, para noruega el tercer dedo fue muy doloroso, incluso un lagrimilla de dolor (imperceptible) huyó de sus ojos. Se alivio cuando lo quitó, aunque la pregunta le agobiaba ¿Qué le importaba a el con quien había tenido relaciones?

-No es algo que te incumba.- Aún en una situación que no estaba de su lado dejaba su carácter arisco. La nueva posición era muy sugerente.

Esa respuesta también le molesta... y eso se nota en sus ojos... pero se contiene y el tacto sigue siendo suave:

-Dime... *da una caricia a lo largo del cuerpo de Noruega, hacia abajo, pasando por el cuello, el pecho, la panza y finalmente el miembro, donde se detiene a acariciar* Quiero saber quien te tocó así antes que yo... *acelera las caricias del miembro, buscando exitarlo y volver a tenerla bajo su "encanto".* Quiero saber quien te reclamó... *lo besa suave* Tu eres mio... tu, Finlandia, Islandia... son mios... *insiste* Dimelo... *baja entre besos por el pecho, pero trás su exigencia, muerde uno de los pezones ¿Una advertencia? ¿O un simple juego? Dinamarca no puede con su própio caracter...* No me hagas esto... dimelo... *lame el pezón, y luego al rededor, volviendo a bajar entre besos.*