Visitando a Noruega (ADVERTENCIA: +18)

Se queda en silencio, mirandolo y entonces hecha a reír a carcajadas:

-¡Hazlo otra vez! * ríe* Se oye muy gracioso tu hipo... ¡Anda! ¡Otra vez!

Un aura molesta lo rodeo, Dinamarca estaba completamente desquiciado e idiotizado, como ocurrersele pedir tal cosa, sabiendo que un hipo es inconciente.

Sin dejar de cubrirse la boca lo miro mal, segundos después la descubrió -No es algo intencional - Se dirigió a buscar lo más cercano a postre que tubiera y se lo tendió con poca delicadeza.

-Pues me gusta escucharlo, así que ten más hipo... Sabes que de eso depende si me quedo o no... Tal vez me quede todo el verano esperando a que tengas más hipo... *mira el postre* Yo no quiero eso... Dame otra cosa... *empuja el plato y lo arroja al piso...*

Frunció el seño amenazadoramente y conteniendo sus ganas de partirle el rostro o llamar a su troll para que lo hiciese recogió el postre. Una vez limpio el lugar miró hacia Dinamarca y utilizando las pocas habilidades de actuacion que poseía hipó un par de veces, tratando que sonase realista.

Dinamarca ríe feliz con eso:

-¡Otra vez~! *festeja como un niño* Y dame mi postre... ¡Quiero uno de esos dulces de Islandia...!

Era tan jodidamente infantil...

Hipó nuevamente hasta oír su petición ¿Regaliz? no tenía, de hecho, desde que islandia lo visitó por última vez no había visto dulces semejantes.

-No hay -

Vuelve a reír con el hipo:

-¿¡Cómo que no hay?! Entonces prepara algo dulce... Vamos... tengo hambre aún... Ve, ve, ve... ¡Y ahora salta cuando tengas hipo!

Había terminado con su paciencia... no podía caer tan bajo como para hacer caso a semejante demanda. Nisiquiera se digno a responderle ni nada, solamente salió de la cocina caminando de forma decidida y mirandolo con desprecio antes de dar un enorme portazo a la puerta de la cocina antes de salir.

El danés sonría triunfante. Se pone de pié y lo sigue:

-Nor~ No estas siendo una buena esposa... No te vi saltar... ni tener más hipo... *contiene la risa.* Norwiii...~ Vamos... Ven pequeña ranita...~

Paciencia paciencia, no quizó nisiquera voltearse a ver la posible cara de idiota triunfante.
Caminó hacía el baño y tomó una toalla para secarse la cerveza que aún lo empapaba un poco, entretanto ignoraba a Dinamarca, era el unico modo de antener la cordura.

Se detiene en la puerta del baño:

-Se una buena niña... vamos... *ya no puede y hecha a reír* ¡Te vencí muy fácil! Ahora tendrás que quedarte conmigo tooodo el invierno... ¿¡Ya ves porque soy el Rey Nordico?!

Lo miró con despreció por un instante.

- Soy varón -Odiaba MUCHO que le dijesen fémina - No importa. Es preferible ignorarte un invierno a soportarte un día -

Pone una mano en el hombro del Noruego:

-Pues tendrás que soportarme todo el invierno... no voy a dejar que me ignores. Vas a tener que cansarte y rendirte... Sólo prometo dejar de ser molesto, cuando accedas a casarte conmigo.

Apartó la mano del danés de su hombro rápidamente sin siquiera mirarlo, menos responderle y continuó su camino hacía la habitación de las visitas especiales. Alguién terminaría cediendo y no sería él. En ese momento solo quería estar solo.

Los pesados pasos del danés, siguieron detrás suyo, incluso parecían más ruidosos de lo normal:

-No es que quiera presionarte... pero deberías de entender. Ya no me gusta estar solo... Además, ninguno de ustedes me ha dicho nunca por qué se alejaron de mi...

Y Dinamarca aún le seguía... aceleró levemente el paso.

Le molestaba que el danés no entendiera la razón por la cual todos lo abandonaron, después de todo era bastante obvia, es más, se la había reprochado en innumerables ocasiones cuando por desgracias (según Noruega) se encontraba con él. Aún así no respondio ante la duda de Dinamarca.

-¡Oye Nor...! *se apresura detrás de él, casi pisándole los talones* Anda... dime... ¿Qué fué...? Nor.. ¡NOR!

Giró su rostro un poco para poder mirarlo, después de todo si hablaría, pero no precisamente serían palabras lindas ni alentadores para Dinamarca.

- No sabes escuchar, eres brutal, molesto, ruidoso, maleducado, tu presencia no es extrañable, no has madurado... -En fin, continuó dandole una larga lista de los defectos que tenía que incluso parecía ser eterna, claro, si había una razón para que noruega hablase mucho era para recalcarle sus defectos -Te detestamos-

Dinamarca trata de mantener su sonrisa, pero con esas palabras es difícil. Aun así escucha hasta el final:

-¿Es sólo eso...? *Aun que "sólo" eso era bastante* ¿Y no creen que pueda cambiarlo...?

Negó con la cabeza, parecía un poco más sereno ahora que se había desahogado aunque con esa expresión tan calma producía más desesperanza de lo que usualmente lo haría una crítica (aunque en este caso una ennumeración de efectos) proviniendo de él. Sin más giró su cara hacía el frente y continuó su camino.

-Nor... Si puedo... ¡Pruebame! Ahora ya se lo que les molesta... ¿¡No es más fácil así!? Dime algo que podamos hacer juntos... o algun lado a donde ir... ¡ Algún País que saquear! No se... ¡Dime algo! Verás que cambié... Si era molesto hace un momento sólo fué para hacerte enojar y... todo lo anterior; sólo trataba de solucionar las cosas.

No confiaba en lo absoluto en que fuese a cambiar, verdad que no pero... había insistido tanto en ello desde que había llegado...

- Bien...- Aceptó algo dudoso y posiblemente haya sonado despreocupado. Dinamarca nunca le había simpatizado y nunca podría remediar las idioteces del pasado pero si cambiaba quizas fuese mas aguantable, aunque sea un poco.

Le sonríe y se apresura delante de él:

-¡Bien! ¡Entonces dime que hacemos! Podemos ir a atacar algún pequeño País o algo... tengo algunos en mente... O podemos probar algo que te guste... Sólo dime.

Miró hacia dirección donde los amigos de Dinamarca seguian bebiendo como animales, la pregunta estaba sobreentendida.

- Y hable menos - Se dirigió hacía el con formalidad como hace mucho tiempo no lo hacía.

Lo miró unos momentos y entonces sonríe:

-Sólo diré lo justo y necesario... Lo prometo *levanta la mano* ¿Entonces? ¿Qué hacemos?